11 de septiembre de 2018

Estudiar letras...

El fin de semana pasado un grupo de extraños, ataviados como en la antigua Grecia, se echaron a la calle para defender no sólo la permanencia del Griego y del Latín en el currículo de Secundaria sino, en esencia, la pervivencia de las Humanidades en el ambiente general del conocimiento, como es la Educación reglada. Los apoyo. De un tiempo a esta parte existe una corriente que anima a verlo todo en términos económico-financieros, muy del gusto de nuestra inclasificable clase política y su forma del ver el mundo -tan equivocada en mi opinión-, desarrollando además propuestas que saltan de los Presupuestos Generales del Estado a las materias que se imparten en los currículos de algunas comunidades autónomas. En mi opinión, la base del conocimiento radica primeramente en el Humanismo y en sus disciplinas de siempre, así como en la lingüística como elemento fundamental para la comunicación, para la adquisición de todos los demás conocimientos mediante la lengua y como mecanismo para la recepción y transmisión de ideas y pensamientos. De ahí que la Filosofía, el Griego, el Latín y, por cerrar el círculo, la Geografía, la Historia y los idiomas sean imprescindibles en la Enseñanza Secundaria. Frente a lo que hemos vivido la última década, la Filosofía nos aporta desde la antigua Grecia la capacidad de reflexión, de pensamiento, de entendimiento con y hacia el otro, la ética... Del Latín parte, entre otras muchas cosas, esa lengua romance (a ratos repudiada también) que recibe por nombre castellano o español y que, de momento, es la lengua madre de 500 millones de hablantes de más de medio mundo... Pero lo que los últimos de Madrid (lugar de la manifestación) pedían a gritos era que el Griego no decaiga en las aulas, esa lengua propia de una cultura que nos legó el término Democracia, la Ética, el Teatro, el diálogo como medio de entendimiento; es decir, todo lo contrario al pensamiento económico, tan escaso de sentido y sensibilidad y tan proclive siempre a que paguen justos por pecadores. En definitiva, aquellos que todavía creemos en la validez y utilidad de estudiar letras no sólo pedimos la existencia de esas Letras en la Enseñanza, sino a pensar, a dirigir y a gobernar con la cabeza y el corazón.