
Bueno, pues sí, seguro que la conocéis: es la rencorosa. Ella es esa persona ‘in’, ‘fashion’ por naturaleza propia e intrínseca, pero con una tierna solicitud: ‘o estás con ella o estás contra ella’. Principalmente eso; no le valen medias tintas (que no escriben habitualmente) sino que rechaza lo que no comprende, fundamentalmente. Sus amigas son las ‘harpías’, esas dos o tres damas de la sociedad que se creen el centro del Universo: aquellas que Sherlock Holmes hubiera rechazado porque no son del tipo de su añorada mujer de “Escándalo en Bohemia”, by Dr. Watson. Ella considera que un error de otro es una ofensa, que no ser como ella dice o quiere o suscita o piensa o le da la gana es ‘ir contra ella’, porque ella es el ombligo del mundo, el puto y perfecto ombligo del mundo, la diosa universal, la amiga de las ‘harpías’ a la que ignoran menosprecian y no cuentan con ella, pero es ‘in’, y el común no es ‘in’, no aporta nada. ¡Uf! ¡Qué dolor! Quizá esta noche se vaya a Pozuelo de Alarcón, Madrid, España, y monte una barricada de niñas pijas con las ‘harpías’ y diga que es lo guay, lo perfecto… “que al vulgo hay que darle gusto” y hasta es posible que se baje la ropa interior y nos dé el espectáculo. (Ahora prueben a escribir esto en masculino singular y saldrá el relato del ‘rencoroso’).