30 de diciembre de 2019

Cosas que no cambian

A todos nos pasa: hacemos promesas por el inicio de un nuevo año; sin embargo, hay cosas que nunca cambian, o que no queremos que cambien. Son esas cosas que nos acompañan: manías, inercias, costumbres, defectos... Insisto, hay aspectos que no cambiamos. El sabor del café fuerte del Starburcks; las hamburguesas a destiempo de este o aquel lugar; esa conversación inesperada; una mirada de reojo; los desayunos del VIPS; pasear cuando el sol se pone... o nace; una tertulia literaria; el olor de la tinta del periódico recién impreso; las risas de un niño por la calle; el inesperado whatsapp que te manda y te saca del abismo; la fotografía que tantas veces has visto y aún te arranca una sonrisa; no madrugar los domingos; una copa de vino en su compañía; el reencuentro con una antigua compañera; el gol decisivo el último minuto; los nervios en el estómago cuando tienes una cita; anotar a mano lo que te ha dicho para no olvidarlo; un beso o un abrazo; la satisfacción de acabar un libro que has devorado en un instante; la foto que no pretendiste tomar y que al final gusta a todo el mundo; reencontrarte en un supermercado a una antigua alumna que está acabando la carrera; la cena de los viernes en el mismo sitio de siempre; tomar un café mientras te habla de su última lectura; la costumbre de tomar una copa en el mismo sitio, servida por la misma persona; los nervios antes de coger el tren; la belleza de las luces en la noche de los pueblos de la España vaciada; la sintonía del programa de radio habitual; esa canción que oíste una y otra vez y aún te pone las pilas escucharla; sus manos cuando te habla; los mismos versos de Bécquer, Cernuda o Aleixandre una y otra vez leídos; la nueva temporada de tu serie favorita; la risa floja de los alumnos el día que hablas de las amantes de Lope; el bocadillo del recreo; el café de los domingos fuera de tu casa; sentarte en la comida junto a la compañera que mejor te cae; las comidas habituales con tus amigos... Esas cosas que no cambia un año nuevo ni cambió el viejo ni te quitan la sonrisa... 
 
 
©Photo: Carmen Sánchez Lices. Model: Paola García.

20 de diciembre de 2019

Hablar y hablar

Tengo para mí que el arte de conversar es la ciencia más importante que nos rodea, siempre que el que hable supere la belleza del silencio. Alguna gente no imagina lo hermoso que es entrar en un lugar en el que has quedado con alguien como ella y sentarte a desayunar, o a comer, pongamos por caso, y escucharla. Entonces fluyen las imprevistas esencias del decir y de escuchar a mujeres como ella: es absolutamente un aprendizaje no reglado. Me gusta mirar la postura de sus manos, cómo la mirada gira a diestra y siniestra y se empecina en mirarme, con la timidez que eso desata... No siempre una imagen vale más que mil palabras, no; porque la imagen requiere primero de la palabra que la construye, la idea, matiza el instante; luego está la persona que cuenta esto o aquello y tú, tú la escuchas, sonoramente, con la pertinencia del instante, con la necesidad del momento. Ese tiempo que no supera un whatsapp, esa palabra que no mejora un emoticono, la sabiduría que da la vida, la razón, la tristeza o el cariño y que no sustituye un buscador... Antes decían que eso era la razón o la vida; ahora, que es la amistad, en la medida en que aún nos quede. 


Foto: ©Joaquín BM. Modelo: Paola García.