18 de marzo de 2009

El código moral en un mundo inmoral

“¿Es moral mantener tu código moral en un mundo inmoral?”. Esa pregunta flotaba en las paredes de las calles del guetto de Varsovia durante la dominación nazi de los años cuarenta. Los valientes judíos que defendieron a sangre y fuego el barrio mantuvieron su código moral en el inmoral mundo de la ‘solución final’. Las sociedades occidentales de hoy están abocadas al fracaso moral; se han perdido la ética y los valores emanados de ella. Un diputado del Congreso español ha elevado un suplicatorio a la cámara para que, al margen de los cuatro mil euros que percibe por su representación pública, pueda ejercer el derecho en un despacho propio en su faceta privada. Eso es inmoral. Se buscan émulos de Barack Obama en España; intentos de ‘parecerse a’ y no de ‘ser como’. También hemos tenido modelos anteriores en España, olvidados por la necesidad del cambio (a peor) que ha imperado en la clase política. Adolfo Suárez, por ejemplo, cuando decía aquello de que “hay que elevar a categoría de políticamente normal lo que a nivel de calle es, sencillamente, normal”. Lo que ocurre es que Suárez no hizo fortuna con la política, cuando ahora es un medio de vida ideal para tanta mediocridad como se ve en los escaños del Congreso y del Senado. Nuestros próceres viven de espaldas a la sociedad y a las necesidades de la nación y así nos brilla el pelo. Parece ser que a día de hoy todo el mundo tiene un límite ético que sobrepasa a la mínima y, por tanto, lo moral ya no existe, sino que lo que se lleva es lo ‘inmoral’, porque está de moda. Sin embargo, esto no es algo del mundo político, sino que también está a la orden del día en lo privado, cuando descubres que mucha gente que te rodea ha cedido en sus intenciones éticas porque “aspira a” (sin nada que lo justifique) y eso se ve también en la empresa privada, no únicamente, como decía, en la ‘empresa política’, que también. Los hombres y mujeres que defendieron con orgullo y valentía el guetto lo hicieron porque tenían unos principios y una moral que les impedía cerrar los ojos o dejarse morir porque, seamos conscientes, ya no es tiempo, tampoco de héroes. Ellos lo fueron sin pretenderlo, por ser morales. Encontrar a gente con principios y con honestidad es aún factible, pero qué duro es ver cómo en la sociedad española las cosas se hacen quedamente, por la espalda, con traición, con desvergüenza, con la inmoralidad del desnudarse éticamente por un puesto, por un trabajo, por dinero, por… y si tú, como fue mi caso cuando administré 12.000 euros del Ministerio de Educación en 1999, devuelves el sobrante que no te han requerido, te sueltan: “tú eres tonto”. Pero mantengo mi código moral en un mundo inmoral. Al menos, por y con dinero, no me pillan. Pero… ¿vivimos en un mundo moral o inmoral?

8 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Es que cada uno tiene su propio código moral. La moral es algo subjetivo, cambiante en cada individuo.

&& dijo...

La moral es un conjunto de reglas y valores que rigen una determinada sociedad. Así las cosas, es evidente que vivimos una sociedad moral...toda lo es. Otra cosa es que esa moral sea de nuestro agrado.
La moral surge de la reflexión ética, ésta si, individual. Por supuesto, no pretendo llegar a la conclusión de que todo individuo participa de esa reflexión personal: es evidente que no. Pero que hay élites haciendo ética y que ésta se proyecta en la moral pública, es evidente. Que ésta reflexión sea buena y constructiva es, obviamente, más que discutible.

Saludos.

Delfin Córcoles dijo...

Hay de todo como siempre ha habido de todo y no debemos engañarnos.
Cada uno ha de hacer lo que crea que debe hacer y para que el mal triunfe solo hace falta que los hombres buenos no cumplan con su cometido.
¿Tienes claro cual es el tuyo?

asun dijo...

El mundo no es ni inmoral ni moral, lo son las personas que como seres individuales viven en sociedad. Moral y el uso adecuado de la libertad van unidos, y de la justicia.

¿es moral lo que el papá (en su visita a áfrca) dijo sobre que el uso de anticonceptivos aumentaban el sida?

Anónimo dijo...

Vivimos en un mundo inmoral, hipócrita, de trepadores y charlatanes y guays. Un mundo en el que todos van a la suya, no tienen el menor reparo en pisotear a nadie para conseguir lo que quieren. Un mundo de apariencia. Swami ha expuesto una teoría sobre la moral y la ética muy buena, pero ambas se están evaporando y al final seremos peores que animales en la jungla.
Un mal día, en fin.... Besos

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Por una vez estoy de acuerdo con asun. La moral es individual, subjetiva. Para el Papa eso será moral, pero para mí no.

Mista Vilteka dijo...

Es inmoral pensar que hay tal cosa como la moralidad...o la inmoralidad.

m4nc1n0 dijo...

La moral es un instrumento con el cual valoramos que es beneficioso para el individuo y para la comunidad al mismo tiempo para asi tomar la mejor decision. Cuando solo beneficia al individuo y perjudica a la comunidad o viceversa es cuando empiezan la relativizacion de la moral para asi justificar nuestras decisiones o actos.

La pregunta de si este es un mundo inmoral generaliza y pone a todos por igual, asumiendo que no existe la libre eleccion y que todos son corruptos. El ser humano claro que es suceptible de ceder y que existen personas con un concepto de respeto a los demas muy laxo y otras que se mantienen mas firmes en cuanto a ello, pero siempre han existido ejemplos de ciudadanos que han defendido el derecho a ser respetados y el respeto a los demas al mismo tiempo como el caso de los judios del guetto de Varsovia que mencionas antes.
Tal vez la respuesta la dio Jorge Luis Borges contada como anecdota que me limito a copiar:

Anciano y ciego, a Jorge Luis Borges lo invitaron a impartir una conferencia en la Universidad de San Marcos de Lima. Se encontraba entonces Perú bajo una dictadura militar -los coroneles- considerada progresista. Borges se había pronunciado poco antes a favor de posturas tenidas por incorrectas. Cuando llegó al aula magna de la Universidad, lo acogieron los estudiantes con una tremenda bronca. Borges aguantó tranquilo el temporal, mirando a la lejanía con sus ojos vacíos. Los estudiantes, cansados ya de insultarle, hicieron por fin silencio. La lección fue maravillosa. Al comenzar el turno de preguntas, hubo una que valió por todas:

-Señor Borges, inquirió un estudiante, ¿cómo es posible que una persona genial como usted mantenga posturas que van en contra del curso de la historia y son totalmente impopulares?

-Oiga, joven, ¿no sabe usted que los caballeros sólo defendemos causas perdidas?