¡Será bruja! Justo cuando mejor me iban las cosas, tan callando se viene la tía y me fastidia de cabo a rabo. Ahí, tan tranquilo estaba yo con Mamen, tomando un helado (bueno, para ser exacto ella el helado y yo un granizado bien fresquito) y zas... aparece ella, sin avisar ni haber dado indicio de que iba a venir y me jode la vida de cabo a rabo. ¡Ahora ya no puedo hacer nada!
Menuda cara se le puso a la gente...
Ya había terminado de pagar el piso y el coche; alguna deuda contraída por Mamen también se iba pagando y los niños estaban de veraneo, en casa de los abuelos. En esto que decidí salir un rato a tomar algo y justo cuando iba a pronunciar... se vino.
- ¿Quién?
- La dama del alba.
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