28 de abril de 2014

"Puro engaño"


Al principio crees que es como tú piensas que es; luego, la vida te pone en tu sitio... Ahí estás, creyendo que te vas a comer el mundo a bocados y resulta que no tienes ni puñetera idea de por dónde van los tiros. Es lo de siempre, como de novela: ahí está, miras en torno suyo, crees que es como su fachada la representa; ahí reside el patetismo de creer que, por mucho que hayas vivido, te las sabes todas; justo sin pensar que por algo inventaron las curvas de la carretera: para que te salgas del camino. Te sientas en el Café con los pies en alto; el bombón en la mano, coges el cuaderno verde: vas a representar la realidad, a recopilar lo que ya sabes y... de pronto caes en la cuenta de que no sabes nada. Siempre hay alguien que lo calla todo para que el otro lo diga todo. Ves que es un espejismo; que todo gira hacia la mentira o el silencio; que la gente (te) pone una cara y representa la contraria (teatro; tú deberías saber su teatro) y que tú no eres más que un juego... como en el ajedrez; para salvar a la reina siempre va bien sacrificar al peón. Y tú... ¿acaso pensaste alguna vez que serías algo más que un peón? Déjate de miradas, de besos, de poesías... déjate de realidades pervertidas entre lo que la gente representa y lo que la misma gente es. ¡Ahora caigo!, tú eres quien escribe tu historia y si descubres que el personaje principal se rebela en un personaje de teatro, con los ojos vendados, siempre podrás gritar aquel verso de Luis Alberto de Cuenca que dice "que el premio del engaño es el olvido". Con la misma facilidad que se escribe un poema, se borra... o se quema y en las cenizas no hay literatura... y sin literatura no hay vida eterna.  

No hay comentarios: