Lope de Vega vs. Góngora. Se dice que el madrileño en cierto modo admiraba, al principio, al granadino, pero que la cosa se enconó por el culteranista y los discípulos de ambos. Me apasiona firmemente la vida del Fénix de los Ingenios, de aquel poeta, soldado, amante, padre, secretario y leal que vivió apasionadamente su vida y la llevó hasta límites que le sirvieron para ser amado y odiado al mismo tiempo.
Tampoco es más negativa o distinta la vida de Luis de Góngora, inteligente, vividor (dicen que una vez se jugó a los naipes el cepillo de una iglesia) y agudo. La Historia de ambos se ha hecho así: admiramos lo que leemos, lo que sabemos, pero los defectos los conocemos por la poesía mágica e ingeniosa que el uno utilizó contra el otro. Yo, hay día que no sé si soy lopista o gongorino, pero por lo menos admiro a ambos.