Hay quien te engaña, eso es indudable, consustancial al ser humano. No todo el tiempo, porque te das cuenta, pero sí durante algún tiempo... Y el premio para ese engaño es, en palabras del poeta (de Luis Alberto de Cuenca), el olvido.
Me siento y miro, atisbo. El futuro es aquello que pasa delante de uno, no lo que uno pretende, y por tanto hay que tomarlo por una continuación del presente, por el mismo camino, sin dar la vuelta. Media vuelta y avance.
Sí, quizás lo mejor que puedo hacer es premiar con el olvido su engaño. Yo lo tomo por tal, aunque quizás no todo el mundo lo vea así.
Pues eso, mientras pasa delante de mí el mejor premio es el olvido.
Me siento y miro, atisbo. El futuro es aquello que pasa delante de uno, no lo que uno pretende, y por tanto hay que tomarlo por una continuación del presente, por el mismo camino, sin dar la vuelta. Media vuelta y avance.
Sí, quizás lo mejor que puedo hacer es premiar con el olvido su engaño. Yo lo tomo por tal, aunque quizás no todo el mundo lo vea así.
Pues eso, mientras pasa delante de mí el mejor premio es el olvido.
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