La vida está llena de
extraños caminos, de recovecos insospechados. Hay gente que va y viene por la
vida, con cierta solvencia; otros, por el contrario, sufren todos los golpes
habidos y por haber, con cierta frecuencia y con resignación. Dicen que es ley
de vida y los sicólogos recomiendan una buena terapia, pero qué va... Nada
explica nada de todo esto, ni la ciencia ni la teología y cada vez hay un mayor
número de gente que quiere que se le expliquen las cosas. Yo soy uno de ellos:
si existe un plan quiero saberlo. Me gustaría entender más cosas para que mi paciencia,
que algunos días está presta a acabarse, continúe. Pero no; quizás porque soy
de letras y hasta ahora me bastaba la metafísica para entender el mundo y sus
cosas he ido tirando, incluso hasta la poesía me servía; los de ciencias, y
conozco a unos cuantos, son de otro modo: lo que ven es y lo que no ven no es.
El eterno dilema que hasta protagonizó un capítulo de Los Simpson. En fin, días
de humo.
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