Para Olga Kujareva, que me dio la idea desde una fotografía.
Anoche vi una fotografía de Olga Kujareva junto a un anuncio en ruso, en fondo rojo (¿en una marquesina de parada de autobus?) y ella junto a él, modernizando con su hermoso rostro la instantánea. Hasta ahí algo normal, salvo que se me despertó un viejo recuerdo de los años ochenta. Viví entonces en La Mancha, la televisión era en blanco y negro o en un color poco estable y las noticias que venían del extranjero hablaban de la Guerra Fría. Eran otros tiempos y uno más joven y el interés menor por la Historia. Recuerdo que en el Telediario salían los desfiles militares rusos desde la Plaza Roja, con el pedestal del Kremlin lleno de jerarcas comunistas, dirigidos por Andropov o por Chernenko, da igual. Por aquel entonces mi madre y yo hablábamos de ello y los dos pensábamos que esos jerifaltes eran solteros o viudos. "Nunca salen con sus mujeres", insistíamos. Estábamos acostumbrados a Adolfo Suárez, Felipe González, a Ronald Reagan, a Margaret Thatcher con sus cónyuges y aquellos altos dignatarios rusos siempre salían en grupos masculinos. "No deben tener mujer, serán solterones", nos decíamos. Elucubrábamos sobre todo aquello hasta que Chernenko murió y en el Telediario apareció un día Mijail Gorvachov con Raisa, su esposa. Entonces lo tuvimos claro: "Ah, estaban casados, salvo que ocultaban a sus mujeres". Ahora pienso que la mayoría de las mujeres rusas y de otros lugares del Este son las más inteligentes y las más hermosas, por este orden y después de las españolas.
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