Dicen... que cada uno de nosotros conoce, a lo largo de su vida, a un montón de gente; algunos, claro está, se quedan cerca; otros van y vienen o son circunstanciales. Lees esas cosas y es cuando te preguntas... '¿Qué ocurrirá si se va?' El tiempo va transcurriendo en eso que llamamos vida; quizás estemos esperando sueños mientras lo que sucede nos parece poco. Estás ahí, sentado, pensando en qué ocurrirá si se va... da igual que sea el siglo veintiuno y que existan las nuevas tecnologías, alguien que no está cerca no está y estás aterrorizado. Te acostumbras a la gente hasta que la realidad confunde al deseo: ahora es cuando entiendes a Luis Cernuda, ciertamente. Jamás le dirás nada, en campo abierto... mirando a los ojos, sin el miedo al miedo mismo; no, tú no vas a ser nunca capaz de decir con la solvencia que existe en lo que le escribes: un día sus nietos dirán de ti que tú la tenías presente en la página en blanco del Word. ¿Se irá finalmente? Tienes miedo a que el olvido deposite su frescor sobre quien tú estás pensando; no sería justo -piensas- que la vida te haga cruzar con alguien que al final se va... te haces hacia atrás un instante, dejas que en el ordenador suene la música, cierras los apuntes que tienes abiertos y te dices que aún no has pensado un final. ¿Y si, después de todo, todo queda abierto?
4 comentarios:
Es que no es justo.
(Y las vidas que da la vuelta, qué).
El mundo gira, María, pero siempre vuelve a partir del mismo sitio cada 24 horas...
¿Te has hecho la cirugía?
Besos
“Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede ser el padre o la madre de tus hijos. Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella..
Y dicen que hay siempre un segundo amor, una persona que perderás siempre, alguien con quién naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan de la razón y te impedirán, siempre, alcanzar un final feliz.
Hasta que cierto día dejarás de intentarlo... Te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando. Pero te aseguro que no pasarás ni una sola noche sin necesitar otra beso suyo o tan siquiera discutir una vez más.
Ya sabes de quién que estoy hablando, porque, mientras estabas leyendo esto, te ha venido un nombre a la cabeza. Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (será sustituido por la calma), pero te aseguro que no pasará ni un solo día en que desearás que este aquí para perturbarte.
Porque a veces se desprende más energía discutiendo, con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien al que aprecias.”
El zahir (Paulo Coelho).
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