A la hora del desayuno -café, obvio- me cruzo en el diario la sección del Horóscopo. Verdaderamente nunca reparo en ella; es más, para mí pasa siempre desapercibida, pero hoy he decidido ver de qué va la cosa: "Sagitario: procure no mantener relaciones sexuales hoy, tendrá problemas", escribe el periodista a cargo de la columna. Vaya, pues sí que estamos bien... El café se va a enfriar mientras proceso la r-e-c-o-m-e-n-d-a-c-i-ó-n. "Tauro: tenga cuidado con los Sagitario, son moscas cojoneras"; después de leer esto último, empiezo a pensar que el periodista se ha levantado con el pie izquierdo contra los nacidos en diciembre. Claro, que si uno sigue...: "Cáncer: no preste dinero a los Sagitario, nunca lo recuperará"; "Aries: déjese agasajar por los Sagitario, son extraordinarios aduladores" y así todos... Llegados a este punto, uno se lo toma por el amor propio y empieza a indagar en cómo los astros pueden determinar que se puedan tener problemas por mantener relaciones sexuales un día laboral, bajo el calor sahariano que impera, con setenta mil facturas y recibos que abonar, con la tensión por los suelos, con sueño, etc; o en qué se basan los astros para saber que uno no devolverá sus deudas... En esto el que más debería opinar es Rojas Marcos, el hermano psicólogo, no el político, porque si uno no tiene la cabeza serena, no hay horóscopo que valga... Total que decido seguir otros veinte años sin mirar esa sección, a cuenta de cuando era adolescente y el horóscopo tampoco acompañaba; así el café será más reposado.
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