24 de febrero de 2015

"Por el camino equivocado"

Algunas veces, sobre tus pasos, estás transitando por el camino equivocado; algo falla cuando dedicas tiempo a algunas cosas y, sobre todo, a algunas personas que no merecen ni un minuto más de tu tiempo o de tu atención. Antes aprendías de esto mismo, sinceramente, del golpe, del error, de meter la pata... pero cuando te repites, siendo mayorcito, creo que es el momento de cambiar de café o de camino o de ciudad o dejar de prestar atenciones no reconocidas. No todos los cafés saben igual, por ejemplo: tú te apuntas a alguno y te vuelves adicto, hasta que caes en la cuenta de que todos los días te produce molestias en el estómago; ese el momento de dejarlo, antes de la úlcera. La vida es como esta metáfora, aunque a veces creas que una actividad o una sonrisa te convierte en el ser más invulnerable de la tierra: contaban que, una vez, se presentó ante un juez soberbio un humilde campesino y, cuando más serio estaba el magistrado, le preguntó el hombre que si sabía para qué se han inventado las gomas de borrar; como el juez respondió negativamente, le explicó que para borrar los errores. Algo así hizo el Estado hace más de ochenta años asfaltando los caminos: para que tomes otro si el que llevas es el equivocado.


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