"Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son", decía Calderón. Es verdad que no es bueno soñar despierto, como nos decían de pequeños en el cole; así, la realidad lo será siempre y el deseo se quedará para otros momentos. Piensas en que es necesario romper las reglas, alguna vez... y hay días como el de hoy en que, a la hora del café, más que un recuerdo te asalta una duda; te ronronea todo el día hasta que terminas por ver una solución: ¿qué sería de la vida si hubieses tomado la otra opción? Delante de ti aparecen dos opciones, como los dos caminos de la fábula, y acabas por tomar uno de ellos; sin embargo, ¿no te ocurre que piensas en cómo sería la realidad si hubieses optado por el otro? Lo imaginas, lo configuras, pero... finalmente, desistes: es mejor no sufrir pensando en cómo sería tu realidad si hubieses hecho otra cosa, o lo contario... Eso es historia ficción, o deseo; pero la realidad es simplemente eso: cruda realidad.
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