Reconozco la pasión oculta por la fotografía, por ese instante que recoge y que, pase cuanto pase, dice más que mil palabras. Hoy buscaba un fondo de escritorio para el ordenador; algo o alguien que, cuando trabaje con él, me facilite un recuerdo: uno pone cosas que lo llamen, que le digan. No ha sido fácil, porque con el tiempo uno se vuelve más exigente y, además, la fotografía gana. Y es que hay gente como Claudia o Sabina o la extremeña ahora perdida no se sabe dónde que siempre salen genial; hay artistas como Elena o Laura que saben sacar lo que hay que sacar... Tengo cientos, quizás miles, de fotos en papel y digitales; todo ordenado, pero yo soy de los que mira de vez en cuando todo ese mundo; creo que sería capaz de escribir una historia para cada fotografía... reconozco que podría explicar algo en cuatrocientas palabras, pero con una instantánea se deslizan historias al por mayor, pensamientos, mundos y vidas por decir y por relatar. Y es que el mundo sigue huérfano de cosas por decir, de palabras que representen voces que quieren gritar y no pueden. Todo lo que una mirada dice a la cámara: el salto de un charco, una ciudad de fondo, el abrazo de un grupo que posa... ahí frente a ti, en la frialdad del papel impreso o de la electrónica de tu ordenador, construye vida. Y cuando perdamos la memoria, el recuerdo de nuestros pasos será una fotografía del pasado.
4 comentarios:
Por eso hay fotos que ahora borro y que antes rompía, para ayudar a la pérdida esa de memoria a olvidar los recuerdos que no se quieren recordar, porque, si bien es cierto, que hay muchos que son dulces y nos hacen revivir a través de la imagen esos bonitos recuerdos del pasado... hay otros momentos que no se quieren volver a vivir.
Pero... mira tú por dónde, que el destino tiene muy malas pulgas. Se me quemó el teléfono hace poco con un ácido (el fontanero se quemó también desatascando tuberías que desatascaron más cosas) y, al cambiar de terminal, resulta que se volcaron en él las fotos esas borradas que permanecían aún en ese "nube" puñetera que guarda lo que no tiene que guardar.
Revivir lo que se quiere olvidar, fastidia. Resucita emociones que creías olvidadas. Vuelta a borrar todo, vuelta a quitarte de en medio sentimientos y a olviar de nuevo a aquellas personas y acontecimientos que te produjeron dolor.
Sí, las fotos llevan consigo mucho más que unas palabras escritas. Llevan incrustadas memorias que te hacen sonreír y, a veces, llorar a lágrima viva.
Como tu foto de perfil, que es estupenda, ¿verdad?
Gracias! Si al final voy a tener que ir despeinada por la vida! Y yo gastándome tanto dinero en la pelu!!!
Pues vas genial...
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