Lo confieso: me gusta mirar el horizonte... Cada asunto que se cruza conmigo, cada persona interesante que se acerca, me abre un abanico de posibilidades para crear, para creer que existe el Arte, que la Cultura tiene aún un porcentaje de futuro. Hoy iba en un cercanías de Guadalajara a Madrid respondiendo un mensaje de una extraordinaria extremeña cuando he recordado a Gema Álvarez, en esa foto de Laura Muñoz Hermida en blanco y negro: mirando al horizonte. La gente subía y bajaba del tren (una chica peleándose con el novio inmaduro; una mamá vestida para el AVE cuyo bebé escuchaba música en el móvil; otra chica, al lado, que miraba el multazo que la ha caído por beber whisky en la vía pública...), cuando un resorte interno me ha llevado a la promesa de cuento a raíz de esa foto, con el pedazo de mirada de la modelo: ahí, en blanco y negro; el edificio abandonado, por donde un día deambularon miles de personas, ahora poblado por los claroscuros de la imagen, las piernas veraniegas de la mujer que llena el objetivo... si me pongo puede ser una mujer fatal, la que desarma al detective del Nueva York de los años cuarenta; o una chica que sabe sentarse con estilo, hasta en un edificio desvencijado y a punto de ser derribado; tampoco me importaría poner su imagen de portada en una novela o en un disco de música pop de cantantes que saben bailar, no sé... Ahí ando, rayándome con la imagen mientras me digo que la chica de Extremadura no puede conocer sólo un edificio en Guadalajara, que debo arreglarlo mientras pienso en cómo le digo a Laura & Gema que hagan más fotos. Es como el estrés de septiembre...
© Imagen: Laura Muñoz Hermida. Modelo: Gema Álvarez. 2015.
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