Aquí, en mitad de la nada, yo sigo escribiéndote y tú, allí, borrándote. Ya lo decía el poeta, pero el sonoro sonido de tu mirada se rompe, se hace trizas, si media la distancia... A veces miro las fotografías en que apareces, con tu sonrisa dibujada, con tus ojos chispeando la vida y me pregunto por ti y no me consuela ni el maldito whatsapp ni la distancia. Tampoco me parece mucho, ni nada, el tiempo que destino a hablar contigo: me gustaría que existiesen instantes de miles de minutos. Tú y tu desnudo sueño y yo allí, mirándote. Siempre hay algo qué hacer, siempre una excusa para el punto y aparte. Hoy es uno de esos días en que tremendamente echo de menos tenerte enfrente, café por medio, escucharte hablar de ti, oirte decir cómo eres, qué piensas... aprender tus silencios, confiar en tí y percibir de ti tu mejor yo. Pero apenas la distancia, tan sólo un hilo ardiente y volante, quizás unos minutos y lo que había se fue. Ahora es cuando sé responder a si se puede querer a dos mujeres a un mismo tiempo; justo es ahora cuando sé que te echo de menos, cuando tú estás allí y yo aquí, en mitad de la nada.
4 comentarios:
Se nota que sale del corazón. Precioso...
Muchas gracias, Belén :-)
Me ha encantado
Gracias, Mercedes ;-)
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