Mientras tomo un café -que ayuda contra el calor- pienso que no todo se ha hecho mal en España; no es cierto que todo el pasado sea revisable. El episodio político que mejor hemos llevado a cabo colectivamente los españoles ha sido, sin duda, la Transición: ese periodo del que algunos reniegan y que, a pesar de algunas opiniones, entra para la EvAU, se estudia en facultades universitarias de medio mundo y resultó un ejemplo de pragmatismo, sensatez, diálogo y... política. Hace ahora cuarenta años -que se cuentan pronto- que todos los españoles mayores de veintiún años acudieron a las urnas por primera vez tras el final de la guerra civil y de la larguísima dictadura; además, dejando de lado los extremos, los libros de filosofía sesuda, la películas de arte y ensayo subtituladas y los miedos del miedo mismo los españoles votaron mayoritariamente por dos grupos centrados (UCD y PSOE) que, así como el que no quiere la cosa, representaron la socialdemocracia y la democracia cristiana que configuró Europa como el lugar de libertad, democracia e igualdad que aún hoy es. Sí, creo que fue un ejemplo que debe enorgullecernos, más allá de estar en los libros de Historia y de ser ese tema de estudio que apenas se ve porque cae en junio, como todos sabemos. Claro está que desde ahí hasta hoy hay cosas a medio construir, realidades sin hacer y otras mal hechas, pero para eso está la democracia y estarán las generaciones políticas venideras -que no sé si se sientan ahora en el Congreso- para subsanarlo. Se dice, de vez en cuando, que hay que revisar la Transición, probablemente porque no se sabe lo que fue y lo que implicó, claro está, en cuanto a cesión de ideas y de proyectos y en cuanto a consenso en los procedimientos: todos tenían un muerto, detenido o represaliado en la guerra en su familia; en un lado u otro, que asimismo era un mito en casa, pero en 1977 se trataba del interés general: más tarde vendría la memoria histórica. Hoy, sin duda, evocamos a Adolfo Suárez -que a la postre ganó- sentándose a diestra y siniestra y plasmando la realidad nacional en los Pactos de la Moncloa, algo que desconocen quienes a veces dicen haber leído tanto y cuanto y, con el debido respeto, permítanme que lo ponga en duda. La Transición política española es, sin lugar a dudas, lo mejor que han hecho los españoles por la libertad desde que lo intentase por vez primera en serio el general Prim en 1868. Tengo para mí que lo que uno hace bien se mantiene, se defiende y se muestra con orgullo.
2 comentarios:
Fue un hito histórico y la verdad que se hizo de manera limpia y elegante,claro que como estaba Adolfo Suárez como para no hacerlo.Creo que todo el mundo tenía ganas de respirar liberta,así pusieron toda su fuerza e ilusión para conseguirlo....la verdad es que cuando las cosas se hacen con ganas salen bien
Totalmente de acuerdo
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