13 de julio de 2021

Recuerdos


La tormenta casi nocturna nos impidió continuar el trayecto y, a un paso de la frontera con Portugal, tuvimos que parar y refugiarnos en el pequeño bar de carretera. Viajaba con gente totalmente desconocida, por lo que me senté solo al fondo, ensimismado en mis recuerdos. Cerca de allí estaba la cafetería en la que me encontré con ella la primera vez, en donde hablamos de mil cosas, especialmente de su creatividad artística. Después, como yo andaba errante, me invitó a descansar en su casa; fue cuando más constancia tuve de su personalidad, de sus palabras, de sus rizos, de sus tatuajes... Las estrechas calles del antiguo barrio judío donde vivía me dejaron el claro recuerdo de sus fotografías, ahora publicadas en revistas de medio mundo, como esa tan importante de Nueva York... Ahora, sentado en el bar, esa noche de tormenta, frente a un triste bocadillo de tortilla francesa y un café solo muy caliente, me vino el eco de su recuerdo... El eco de una de esas personas que, aunque hayas visto únicamente una vez en tu vida, han dejado un poso indeleble de alegría, como ella aquella otra noche de hacía ya algún tiempo. 

Modelo: Paola García. Foto: Carmen Sánchez Lices.

2 comentarios:

Remei Manzanero dijo...

"un poso indeleble de alegría", me encantó.
Saludos.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Muchas gracias, Remei. Tu lectura es un lujo... Gracias.