17 de julio de 2012

"El 'Chonerío'"


Íbamos ayer Fulgencio (el Flugen) y yo por la Alameda cuando vimos a un cani en su coche estridente -chillón; el audio a tope como si fuera una discoteca móvil; las ventanas bajadas, pues no en vano es julio y él dando brincos en el asiento- y lo reconocimos fácilmente: me dijo, "míralo, con la cara de tonto que tiene el tirillas ese y ahí va, el rey del mambo, con su choni incrustada en asiento de copiloto y su deje eque"; a lo que yo, más tímido en el hablar, asentí. Y es que nos invaden estos tipejos -y tipejas- cual remedo de Belén Esteban, que es lo que se lleva: el chonerío. España está caminando en la senda choni y me preocupa que dentro de poco el presidente del gobierno salga a la tribuna con camiseta de tirantes, pantalones cortos, cadena de oro gruesa y diga: "Ejque lor recoltes...". Piensen Ustedes que es que ayer fui a la Alameda, pero esta misma mañana, en la calle Velázquez, en el puro barrio de Salamanca, he visto una choni: más de cincuenta años, pantalón corto ceñido que dejaba ver las lorzas sobrantes, celilitis que sería las delicias de cualquier liposuctor y un bronceado demasiado subido de tono. El chonerío, insisto. Pero el caso es que el cani del coche estridente -la choni, dice Fulgencio, entre otros motivos de peso lo ha elegido por el coche- llevaba a su choni al lado, poco más de lo mismo. Fulgencio, ingeniero, es más práctico: "Pero, hijo mío... ¿qué quieres que le den a ella si tiene un ramalazo choni que no puede evitar". Y me digo que sí, que es cierto... que esa ropa que repite (¿no se supone que una mujer normal tiene un inacabable fondo de armario?) y ese 'ejque' que la une en amor y compañía a su cani tirillas. Esa España que ha dejado de ser pijis para ser choni -y en el cambio perdemos, uf- es el ejemplo de estos dos amantes de Teruel: la choni y el cani, residentes en X de Tal, enamorados por su afición a no hablar cuando están juntos -se mandan whatsaap que es más guay-, a pasear metidos en el coche para que los demás vean que tienen un coche subidito de gama -que vaya usted a saber si pagan las letras- y que son los más mejores, 'ejeque'... ¡El chonerío!

1 comentario:

M. dijo...

jajajajajjaja
¡Esto es buenísimo! Me matas, Paco, me matas, y me mata más tu profunda intolerancia hacia los canis (yo la comparto); pero se necesita lo cani para apreciar lo pijis.
Pues eso, que me ha encantado y que no puedo parar de reír, ¡te leo!
Un beso :D

M.