Leticia Díaz Beltrán es otra joven investigadora española que, después de pasar un año y medio a pan y agua -es decir, sin sueldo-, investigando sobre autismo (sobre genes del autismo), en un proyecto que no tenía financiación aquí -creo recordar que los cubatas a 3,5 euros en el Congreso sí tienen financiación- ha sido fichada por Harvard University (donde el nivel intelectual, los méritos personales y académicos, las capacidades y los medios materiales son infinitamente mayores y más tenidos en cuenta que para entrar en una lista electoral en España, sea de congresista, de senador o de concejal). Es decir, que lo mejor que ha dado nuestro país en generaciones (país que durante siglos se llamó España y ahora hasta nos referimos a él con eufemismos para que no se moleste nadie); los más capacitados; los mejores, en definitiva, se van; y con ellos se van los proyectos, el desarrollo y en definitiva, el futuro. Es verdad que aquí se quedan muchos que también son muy buenos y colegas de estos: pero sin estabilidad, sin salarios decentes, sin valoración por parte de la sociedad, sin incentivos por parte del Estado, en el paro, en fin, ya saben... Y a todo esto, por mucha rabia que uno tenga, por mucho que los próceres de nuestra nación lo tengan a uno un paso más que indignado, su señorías se van de veraneo, con el sueldo que les pagamos y les da exactamente igual lo que pensemos los demás: en 2015 cerrarán sus listas a dedo, pondrán sus nombres, saldrán electos y a vivir... Por lo menos me alegro de que Leticia se haya instalado en Harvard, lugar al Norte de Estados Unidos bastante mejor que el edificio ese de la calle de Alcalá de Madrid al que no hace falta que describa por que ya saben cuál es.
(Nota bene: la fumadora de la fotografía no es Leticia)
(Nota bene: la fumadora de la fotografía no es Leticia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario