No soporto ese silencio al que sometes; no me gusta que pases, que entres o que salgas de puntillas; no hace gracia que no suene el whatsaap con tus palabras; se añora una sonrisa, oír de tu voz con un acento nuevo; quiero que me leas siempre... Ese ir y venir de puntillas: apareciste y será por algo; no me gusta nada a medias -ni casi lleno ni casi vacío, el vaso-. Se trata de la vida, anótalo; y caminar de puntillas duele tanto como una oscura indiferencia... ¿Te vale?
3 comentarios:
me resulta familiar este relato...me gusta ....
A veces no tiene por qué ser todo blanco o negro, a veces son necesarios los grises.
Y a veces la gente camina de puntillas porque va a dar una sorpresa.
M.
Gracias a las dos...
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