Quien sepa leerlo, que lo lea...
Quieres encontrar tu sitio y es cuando, a veces, te viene a la memoria. ¿Qué necesidad tienes de poner tanto cuidado, de sufrir la sinrazón de la indiferencia, de que las señales de humo -esas señales- no te lleguen? ¿Qué necesidad si tú eres alguien que indócil, que abre los brazos -en abanico- y con un sonoro grito lanzas al mar un síííí que descoloca? ¿Qué desazón estás empeñado en vivir si en cada lugar recóndito del mundo hay una sonrisa que te espera? (Como la de esa niña de la calle Castillo de Santa Cruz de Tenerife que esperaba ansiosa que el mimo asustara a alguna otra señora despistada: era el reflejo del ser feliz). ¿Tan importante es un whatsaap que no llega y no los que sí te llegan? ¿Por qué sufres tanto hasta perder peso si eres tú quien arranca la sonrisa a la artista callejera de Tenerife que te vende su arte por un euro? Así... Quien quiera, que corra a tu lado, porque la brisa sopla demasiado fuerte para que tú te pares.
1 comentario:
Alguien me dijo una vez que no se trata de comparar, sino de estar a gusto con uno mismo. Así, yo te respondo con ello y reflexiono. Planteas una serie de cosas que no sé si son ciertas. Muchas veces pienso que sí. Valora la belleza de lo cotidiano, valora los pequeños detalles, valora las casualidades... pero ¿por qué he de conformarme con eso si no es eso lo que quiero?
Te pongo un ejemplo. Tú dices ¿Tan importante es un whatsaap que no llega y no los que sí te llegan? Y hm. Sí, sí es tan importante. Es como si te digo: Dime, Paco, ¿tan importante es que ESA mujer no te quiera, cuando hay 10 que sí lo hacen?
Pues claro que importa, sobre todo a ti. Porque no es lo que quieres, no tienes que conformarte sólo porque a priori lo otro parece mejor, o por consolarte. No sé. Que para poca salud, ninguna. Que si lo importante es lo que te llena, no comprendo eso de desvivirse por los detallicos como si eso nos hiciera mejores.
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