Quizás haya sido ese paisaje humano captado por Vanessa Winship en sus fotografías; o el paseo Recoletos hacia abajo; o la poesía en movimiento bajo mis brazos; quizás sea la joven de la Brasserie Lipp de París, allá por 1969; a lo mejor mantener una conversación por whatsapp entre Madrid y Albacete con alguien interesante; o los hombros de la mujer de la fotografía, de espaldas y sentada en su escritorio... Todo ello o nada, lo que te ha traido a la memoria el aire del viento de aquella persona que habita en lo lejano... Eso de ahí afuera nos invita a los finales felices, al optimismo de que no hay gente que debe aprender del error o de la derrota: no siempre fue así y bien sepultado quede en el recuerdo. Hay una exposición de Cartier-Bresson y otra de Vanessa Winship; en un punto horario, la sala se queda vacía y se te acerca una chica rubia y joven, de no más de veinte o veintidós años; te pregunta por qué te detienes en la foto de dos mujeres rusas esperando el tranvía, en 1954. "Parecen modernas, son guapas; pero las delata ese horrible y tercermundista calzado y vestido, justo en el momento en que les toman la foto: disimulan", respondes. Ella se para y tú continúas... Ya en la librería se te acerca de nuevo y dice que por qué compras la postal de la Brasserie Lipp con la señora cotilla y la joven en minifalda. "Lo viejo contra lo nuevo; la chica con minifalda, calcetines y zapatos representa la modernidad y la ilusión", le dices, mientras se la regalas. A la salida, despedida y dices, finalmente, que hasta para llevar un pantalón corto o una minifalda la mujer luchó hasta el infinito... "¿Eres feminista?", pregunta, con unos enormes ojos verdes y tú respondes: "Yo lo que defiendo es la libertad y si ahí entra elegir entre París o Moscú, la respuesta está en la postal que te he regalado", dices mientras ella va a Cibeles y tú a Colón.
3 comentarios:
Yo te hubiera pedido que me escribieras algo en la postal...
M.
Cada vez me sorprenden más tus entradas del blog. Enhorabuena por tu trabajo Paco ;)
Gracias a las dos, sobre todo a Luzbel, porque aún conservo la otra postal, la mía e igual escribo algo... Y a Belén gracias, siempre...
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