No, el mundo ya no es puro teatro: el mundo ya es pura mentira; falsas apariencias, las caretas del Carnaval que te presentan a una persona que es quien tú crees que es, pero no quien realmente es. Las mentiras que son el silencio y el silencio que los poetas llaman indiferencia; jugar con las palabras, para hacer creer simplemente, no para creer en realidad... Es como esa foto en blanco y negro que me pasa María: yo sé que es María, pero cualquier otra persona puede decir que no es ella; otra mujer, con el mismo cabello largo: así es la realidad, nada de teatro, mentira... Decir algo, o contar algo a medias, intentar asegurarse la aquiescencia de todos con los que, realmente, no se puede quedar bien... "No puedes amar plenamente a dos mujeres; a una sí, con la otra la engañas...", dijo un personaje en un relato. Así es... No puedes hacer creer que te vas a América a trabajar si realmente vas a huir de la realidad, que no es tu deseo, por ejemplo. Mentiras; mentiras por todos lados y, las que más duelen, mentiras de gente que tú quieres o crees que te quieren a ti y, simplemente, mienten: en silencio, con palabras, en la distancia, con indiferencia... ¿Y ante eso? Únicamente esperar...
2 comentarios:
Esperar o desesperar.
Según el día, María; según el día.
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