Hay demasiado silencio entre mis letras y tus ojos. Hace un año, por idéntica canícula, de vez en cuando tú me decías algunas cosas que yo iba tomando prestadas para la novela de tu vida; entonces, cualquier cosa que me contases era materia literaria. Ahora, cuando mejor me conoces y yo aún sigo sin saber quién eres, hay una evidente distancia entre tus pasos y aquello que anoto en mi agenda verde. Ahí afuera la gente sufre las consecuencias de unos tiempos dominados por la lluvia ácida y, sin embargo, me paré a ver en ti a una chica de novela. Confieso que a ratos me oigo decir "cuando se lo cuente a..." y, al instante, tú no estás, pero la historia de paro, o de desamor, o de fracaso que me cuentan sigue ahí y yo debo sacar una palabra de ánimo, una sonrisa de cariño para esa gente que lo pasa mal... tan mal como que exista un oscuro silencio entre mis letras y tus ojos. Ni siquiera sé si me lees, pero yo sigo saliendo a la calle y es allí en donde me encuentro una realidad social que me desborda, un panorama que a veces quisiera contarte en primera persona frente a una copa, que es cuando tus ojos se ponen fijos en mis labios y me escuchan... Quizás hayas dejado de ser tú o yo me esté volviendo más duro, o quizás es que la realidad cambia las cosas y el deseo se queda para otros tiempos. Ya no es lo mismo, porque existe un nítido silencio entre mis letras y tus ojos.
3 comentarios:
Social pero romántico, por tanto, perfecto ;)
El silencio, cuando es nítido y de calidad, siempre debe ser bien recibido.
M.
Gracias a las dos, tan buenas lectoras...
Publicar un comentario