La narrativa que se
adentraba en lo más profundo de la sociedad había quedado difuminada, en mi
opinión, a partir de los años setenta para dar paso a temáticas más actuales,
pero también más personales. Ahora, Karina Sacerdote (Buenos Aires, 1971) nos
brinda la posibilidad de introducirnos, de nuevo, en los entresijos de aquella otra
parte de la sociedad que no necesariamente aparece en la novela actual. Monoblock (2018) es su primera novela,
después de haber tomado contacto con la narrativa a través de varios relatos hasta
ahora aparecidos en antologías. Esta escritora argentina, que se inició como
poeta (Terapia intensiva, 2009), hace
comparecer sus personajes en el Edificio 69, una suerte de microcosmos en donde
existen un mundo y unas vidas incompletas. Así, la trama es sencilla y
atractiva: Germán debe volver tras sus pasos, o su hacia su pasado, hallando el
lugar que habitó más sórdido que en el pasado. Ese submundo, insisto, en donde
se dan cita el alcohol, el sexo, la mala suerte, los tipos mal encarados, la
mujer que sobrevive apegándose a un hombre que acaba de conocer… La autora nos
brinda, con ese presupuesto, una novela social entroncada con los efectos
secundarios de la crisis o de la globalización. La estructura americana de Monoblock (capítulos cortos, flashes de
la realidad, diálogos ágiles…) atrapa al lector que busca alejarse del best seller para acercarse a alguna
apuesta personal, como la de Karina Sacerdote: si algo le falta es preguntarse
¿cuándo se jodió la Argentina?, como hizo para el Perú Mario Vargas Llosa. La
autora se apoya en varios puntos fuertes en esta novela corta (poco más de cien
páginas): el reflejo social-retrato de un lado sórdido de la realidad; elementos
de la memoria (“El primer beso”, p. 29); el sexo (p. 49); un héroe y un
antihéroe (Germán vs. El polaco) y, en general, el fracaso vital de un grupo de
protagonistas bastante bien retratados, incluidas las fórmulas de habla de
Argentina. En definitiva, con Monoblock
asistimos al renacer de la perspectiva social en la novela.
1 comentario:
Gracias, querido amigo, por tu lectura y tus palabras. Besos
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