Luis Garrido Martínez (Madrid, 1926) es una de esas figuras literarias que pasan de puntillas, para no hacer ruido, por los manuales de Literatura. Tuve la fortuna de conocerlo allá por 2004, cuando pasé por su librería de la zona más humilde del barrio de Salamanca. Luis es un escritor autodidacta, hecho a sí mismo de lecturas bien asimiladas y prosa bien pergeñada por su inquietud literaria. De joven, mientras era cartero o electricista, apuntaba en una libreta, con letra redondilla, futuros proyectos de novelas y algún que otro drama teatral. La guerra civil fue para él el eje de su vida: por un lado rompió su familia y sus esperanzas de desarrollo personal, pero aunque él no comparta conmigo esa opinión, nos regaló un excelente escritor. Ya es memorable su novela ‘Los niños que perdimos la guerra’, editada en varias ocasiones y cuya lectura moral es que todos los niños de su tiempo perdieron la guerra; todos. El magnífico talante del escritor que es Luis Garrido le ha hecho ser amigo de variados escritores, poetas, políticos; entre ellos mi muy estudiado Fernando Vizcaíno Casas, de quien Garrido llegó a escribir su mejor biografía. La prosa de Luis Garrido es sincera, bien construida -él jamás ha estudiado nada de sintaxis-, con unos personajes perfectamente reconocibles en la sociedad; su barrio, el de Salamanca, es el microcosmos literario en el que transcurren las acciones de sus obras. Pero… ¡ojo!... no es el barrio que pinta Manuel Longares en ‘Romanticismo’, es el otro barrio, desde el que se oía el fusilamiento de los represaliados por el franquismo en los años cuarenta; el barrio en el que los porteros eran clave de la sociedad; el barrio pobre de Salamanca, el que se ocultaba a las señoras ricas de la ‘milla de oro’. Garrido tiene otros enjundiosos libros como ‘El caballo del malo siempre era blanco’, ‘El hombre del abrigo largo’, ‘La guerra civil se hereda’, etc. Parece que debemos mirar al siglo XVI para encontrar en nuestras letras autores autodidactas, hombres que dan a la luz de la imprenta obras literarias basadas en la experiencia y el aprendizaje de lo que somos, es decir, de lo que leemos. Luis Garrido, entre los siglos XX y XXI, es uno de ellos. Además de todo eso, y aunque no sea muy neutral el crítico que esto escribe, Luis Garrido es mi amigo. Un doctor en Filología aprende cada día de aquello que Luis guarda en su interior y, como buen humanista, comparte con todos los que nos acercamos a la trastienda de su Librería.
14 comentarios:
Me gustaría buscar más información acerca del escritor Luis Garrido. ¿Me puede recomendar algún sitio? Muchísimas gracias
¡Por favor donde esta su librería si existe todavía? Muchas gracias.
Paseo Marqués de Zafra, 17, en Madrid. Allí estaba, aunque no sé si seguirá estando abierta. Un saludo.
Hola
Ya no existe la librería pero Luis sigue propietario del local y vive al lado.
Tengo un libro dedicado por el a mi padre, que fue uno de los niños que perdieron la guerra.
Sigue estando vivo??
Si sigue vivo a sus casi 94 años
Yo tuve la suerte de conocer a Don Luis Garrido Martínez alrededor del año 1980 trabajando bajo sus ordenes en circulación librera parte de la editorial EDAF. Agradezco al destino haber podido compartir algunas horas diarias con un intelectual de su proyección tanto así como literato, hombre de bien y de una gran humildad personal. Seria una alegría poder contactarme con Don Luis. Tal vez pueda lograrlo. Desde Argentina y en la ciudad de Mar del Plata, un abrazo muy fuerte.
He tenido la suerte de que llegara a parar uno de sus libros entre mis manos... Concretamente la decada oscura.
Se me antoja indescriptible el regocijo que he sentido cada noche cuando me metia entre las sabanas y disfrutaba de un corto espacio de tiempo, que con los dias se fue alargando, acompañado de este pequeño amasijo de celulosa y tinta. Un objeto que ha causado que sienta admiracion por don Luis y ha entretenido por unos momentos el dolor de los que tambien estamos viviendo una epoca oscura.
Gracias don Luis.
Se encerraba mucho en lo suyo,lo suyo y lo suyo.
Y un tanto oportunista,que de liberal,tenia poco,yo le conocí en la cope,me prologo uno de mis libros,el con los de la cope,se sentía cómodo,yo guardaba muchas discrepancias,eran tiempos de mucha tensión,entre la modernización del país y la doctrina social de la iglesia,a mi acabaron echandome.
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