27 de diciembre de 2009

Lope vs. Góngora



Lope de Vega vs. Góngora. Se dice que el madrileño en cierto modo admiraba, al principio, al granadino, pero que la cosa se enconó por el culteranista y los discípulos de ambos. Me apasiona firmemente la vida del Fénix de los Ingenios, de aquel poeta, soldado, amante, padre, secretario y leal que vivió apasionadamente su vida y la llevó hasta límites que le sirvieron para ser amado y odiado al mismo tiempo.



Tampoco es más negativa o distinta la vida de Luis de Góngora, inteligente, vividor (dicen que una vez se jugó a los naipes el cepillo de una iglesia) y agudo. La Historia de ambos se ha hecho así: admiramos lo que leemos, lo que sabemos, pero los defectos los conocemos por la poesía mágica e ingeniosa que el uno utilizó contra el otro. Yo, hay día que no sé si soy lopista o gongorino, pero por lo menos admiro a ambos.

21 de diciembre de 2009

Anatomía de un instante... de 1981


Leo a Javier Cercas este día de lluvia. Su medio ensayo-medio novela sobre el 23-F, en donde destripa, sin rubor alguno y con magnífica documentación, y criterio, el pormenor de aquella tarde que hubiera cambiado nuestra democracia y destripa, que es más importante, los años previos. Dijo en abril el autor de “Soldados de Salamina” que el Rey se colgó la medalla aquel día, o hemos querido colgársela, pero ahí está esa instantánea, otra, de aquella tarde de 1981: el general Manuel Gutiérrez Mellado, vicepresidente del gobierno, enfrentándose a los golpistas y el aún presidente del gobierno, Adolfo Suárez, mediando. Los que no estaban, los que andaban en el suelo, los que vacilaron, los que querían la dimisión de Suárez, los que le hicieron la vida imposible en el gobierno, los que quieren escribir otras cosas “o no estaban allí o no se les esperaba”. Bien por Javier Cercas y su ensayo: “Anatomía de un instante”. Aquí os dejo este otro instante al que le debemos la democracia y los dos hombres que de verdad deben tener la medalla de aquel día.