25 de junio de 2013

"Cumpliré mi promesa"


Si sabes leerlo, lo entenderás; me entenderás.

Si creo entender, esto no se queda aquí. Es imposible que el camino concluya en este punto y, además, como yo no me rindo tan fácilmente, no quiero que termine ya, tan de repente. I will never surrender. Vale que pensaré mucho, lo reconozco; vale que el silencio, a veces, hace daño. Vale que uno no conoce a nadie por nada; vale que las cosas nunca son fáciles... Vale que no sabemos nada mutuamente. Pero esta vez cumpliré mi promesa, aunque me lleve tiempo, aunque no sea tan sencillo como pensé; me lo debo y a ti, aunque no nos conozcamos tanto como debiera ser, también te lo debo. Yo siempre cumplo y más ahora y más contigo.



23 de junio de 2013

La guerra aquella



"¡Qué poco resuenan las voces de los sensatos!", pensé cuando oí hablar de aquella lejana guerra tan escrita, tan leída, tan reivindicada y tan inacabada como está. Enciendes el Pc -un suponer- y buscas un dato al azar para completar algo propio del siglo XXI y en el apartado imágenes ahí están: aquellos cantos al aire, aquellas manos al viento o los puños a la sien. Creí que después de ver caer el Muro -que separó el presente del pasado hasta 1989-, los que nacimos después de eso, con el "puedo prometer y prometo" detrás, íbamos a verlo con otros ojos, pero no. Para que una herida cicatrice, tengo para mí, debe dejar de sangrar, o en todo caso debe dejarse caer por sí misma la costra... ¡Pero es tanto lo que queda! Tantas almas, tantos besos -que quizás no se dieron jamás-, tantos hijos y tantas madres con una lágrima en la mejilla. Creo, modestamente, que sí, que los del "puedo prometer y prometo" estamos ya en situación de dar el final que esto requiere, aunque el dolor vuelva salir en parte... Hay que hacerlo por todos aquellos corazones que latieron un día, por todas aquellas ideas que hubieran traído un futuro mejor mucho antes que hoy, por todas aquellas gentes que se amaron y fueron segadas, en flor, por las ideologías de entonces -aún vivas en tantos discursitos de mala muerte-; hay que recuperar la sonrisa de 1977 y construir lo que toca, desde los sueños de quienes sembraron el primer puñado de nuestro presente. Hay que firmar ya un contrato para que lo que nos lleva a la discusión, aún, empiece a ser Historia serena. Hace unas semanas, cuando un grupo de hermosas soldados del ejército israelí posaron en una fotografía en tanga y se armó "la de San Quintín" en los foros esos que todo dicen, que de todo opinan, que de todo quieren sentar bases -sin tener puñetera idea de nada, eso seguro-, en mi humilde saber y entender pensé: "mucho mejor tangas que fusiles", ya lo pueden mirar por dónde les dé la gana.

3 de junio de 2013

"Yo tampoco fumo, gracias"


No, no vamos a sellar ningún trato fumando: ni juntos ni por separado. No sufras, no te preocupes, no te agobies por ello: no será nuestro pretexto el resuello del humo de un pitillo, como antes, como en aquellos años de la Transición en que, en torno a una cajetilla de Winston o Marlboro, se sellaban alianzas. No, tú y yo no vamos ya a ninguna parte juntos; no eches en falta mi mano encendiendo tu cigarrillo, porque sencillamente no fumo, no he fumado jamás, absolutamente nada. Otros defectos se tendrán, pero ese no y además no vamos a ser, nunca, camaradas encendiendo de noche un pitillo ni depués ni antes... Nunca, nunca jamás.

2 de junio de 2013

Lenguaje y eufemismos


Antiguamente, la Facultad de Ciencias de la Información y mucho antes aún la Escuela de Periodismo tenían la costumbre de dar algunos cursos de Lengua Española a sus asistentes, lo cual enriquecía -en mi opinión- el habla cotidiana de los reporteros y locutores. Aquello fuese y no hubo nada. Los políticos se ejercitaban por las mismas calendas en la oratoria, pero ya sabemos que en los días que corren se ejercitan en otras cosas, bien distintas.
 
Personalmente, me quedo algo confuso cuando empiezo a oír eufemismos en la televisión. Téngase por caso que en el gobierno se dice ajuste a lo que desde la oposición se denomina recorte. Para mí no es lo mismo decir, por ejemplo, "me voy a recortar el cinturón de seguridad" que indicar que "me voy a ajustar el cinturón de seguridad". Ajustar, parece ser que en español indica una acción consistente en "hacer y poner algo de modo que case y venga justo con otra cosa" y recortar es "disminuir o hacer más pequeño algo material o inmaterial". En fin, que no es idéntico 'recortar la plantilla de profesores' que 'ajustar la plantilla de profesores': lo primero es despedirlos de su empleo y lo segundo es racionalizarles el horario. Tampoco es lo mismo entrar en recesión (una depresión pasajera en la actividad económica) que estar en crisis (una mutación importante, que no es pasajera e implica cambio). Frecuentemente oímos el término ruso troika, que suena a comunismo puro -a los soviéticos aquellos de la televisión en blanco y negro, asomados al balcón del Kremlim-, en vez de oír hablar de un triunvirato, que proviene del Imperio Romano, del cual, al menos hasta que nos digan lo contrario, somos descendientes culturales y lingüísticos. Eso sí, hay sabios que se descuelgan con el "eso viene de Bruselas" (¿Sólo? ¿Acompañado? ¿En avión?) en lugar de decir "eso lo envían desde Bruselas" (en este caso sí puede ser por carta, mail, fax o en propia mano).
 
Ahora, que quienes rizan el rizo son los comentaristas de fútbol: giran, por regla general, hacia lo bélico, que supongo que les implica más masculinidad, aunque en nuestros días la guerra, ya se sabe, no es cosa de sexos. Algunas veces nos dicen que el futbolista ha 'pegado un barrenazo' (sin saber, por cierto, que barrenar es hacer un agujero en el suelo) o ha lanzado un obús (sin saber, igualmente, que el obús es una pieza de artillería, no la bomba). También disparan, bombardean (la portería e incluso, alguna vez, al público de las gradas), etc. Eso sí, lo más in es cuando indican que el futbolista "la mete", que a mí me sugiere hasta cierta intencionalidad sexual. Esto es lo que hay.