3 de junio de 2013

"Yo tampoco fumo, gracias"


No, no vamos a sellar ningún trato fumando: ni juntos ni por separado. No sufras, no te preocupes, no te agobies por ello: no será nuestro pretexto el resuello del humo de un pitillo, como antes, como en aquellos años de la Transición en que, en torno a una cajetilla de Winston o Marlboro, se sellaban alianzas. No, tú y yo no vamos ya a ninguna parte juntos; no eches en falta mi mano encendiendo tu cigarrillo, porque sencillamente no fumo, no he fumado jamás, absolutamente nada. Otros defectos se tendrán, pero ese no y además no vamos a ser, nunca, camaradas encendiendo de noche un pitillo ni depués ni antes... Nunca, nunca jamás.

No hay comentarios: