26 de mayo de 2009

Rebelde crítica de la crítica

Hay que ser rebelde. Hoy iba a colgar un post con un poema que le prometí, por sms ayer, a una amiga; lo dejo para mañana... Ya hace unos días que me viene pasando por la cabeza la idea de criticar la crítica; considero que estamos siendo demasiado conformistas con todo y que alguien, en su conjunto social, tiene que empezar a decir las cosas con claridad. No en vano nos precedió una generación que salió a la calle en 1968 en París, en Praga, en México y cada una de las antecesoras de esta tuvo su propio momento culminante. La campaña electoral para las europeas está siendo ligth, entre el conformismo y el aburrimiento. Los partidos parecen agotados o, quizás, los partidos saben que lo que se les puede venir el 7-J encima es la abstención, que es como decir que el votante pasa de todo y de todos. De igual modo me pregunto si es de verdad escritor el que escribe cualquier libro, por mediocre o insulso que sea, o lo es el que de verdad reúne las características estéticas para serlo. Abundan en google y en wikipedia, por ejemplo, biografías de escritores que sacan a la luz los más variopintos títulos, ripios y estupideces que el crítico, como lector, no puede sino analizar como algo para pasar el tiempo y cobrar el estipendio que se ofrece por su escritura y que, como se sabe, no es más que el ejercicio de transmitir, sin emoción ni intención, lo mismo que le contaríamos a nuestro mejor amigo en una conversación telefónica. Conozco algunos de esos bohemios que por el hecho de haber escrito algún poema o libelo (que de esto hay mucho) se considera indicado para hacerse tarjetas de visita en las que dice ‘escritor’, como si el común que la coge pudiera llamar al escritor con la misma perentoria urgencia que al fontanero o al electricista. Tampoco voy a decir que el crítico sea el ser infalible de la filología, que en este apartado los hay arbitrarios y amiguistas que apenas se toman la profesión como una ciencia, la de la palabra escrita y su intención emotiva, sino que usan de la profesión para publicar o para conocer gente. En eso estoy hoy.

23 de mayo de 2009

Carta literaria a un amor imposible

Reflexión: Lo más difícil es expresar un amor imposible; quizás lo más complejo, psicológicamente, sea establecer cuando estás inmerso en un amor que no se puede sustanciar, un amor del que eres consciente que no se puede producir o que, en el momento de vivirlo hay que hacerlo en el más absoluto de los silencios y de los respetos. Sé que quien es destinataria de esta carta la va a leer y no necesariamente tiene que sorprenderse: es posible que su intuición femenina ya haya descubierto la realidad. En este caso lo que prima es la responsabilidad de que quien atrae, quien tiene cualidades en las que fijarse, quien está ahí en la distancia es alguien que está marcada más en la idealización, en la irrealidad que en la tangible sustentación del conocimiento. Es fácil amarla y odiarla, es fácil sentirse atraído y sentirse alejado, es fácil expresar amor o simplemente deseo, es fácil decirlo aquí, en la penumbra, indiferente al qué dirán, pero al fin y al cabo es una forma habitual, muy del siglo XXI, aquella que lleva a reconocer que, por ser algo imposible, atrae, satisface, eleva el ego.

Carta: Querida amiga: Hace mucho tiempo que te vengo queriendo en silencio; es un ejercicio banal, lo sé, porque no soy correspondido; me gusta todo de ti; me atraes física e intelectualmente; me dices mucho cuando me hablas o cuando me espías; te has convertido en una razón escondida a la que amar y por la que sentirse atraído. No te preocupes, que lo nuestro es imposible, pero es necesario que lo sepas: tan sólo para que algún día sumes mi nombre a aquellas personas que te han amado de verdad: ¿o no es amor renunciar a ti sin lucha?

Advertencia: Esta carta puede estar dirigida a cualquiera de las lectoras y participantes habituales de esta blog, os conozca o no personalmente; de igual manera puede no ir destinada a ninguna de vosotras: espero que me conozcáis lo suficiente como para establecer a quién va dirigida.

19 de mayo de 2009

Cuestiones del lenguaje


Siempre he sostenido, filológicamente, que el ‘decir’ del lenguaje, sin emoción, no tiene sentido; o lo que es lo mismo, el lenguaje se despersonaliza cuando no le ponemos intención. No será lo mismo indicar ‘te quiero’ pronunciado con pasión que un mero ‘te quiero’ con apatía. Las palabras deben ir acompañadas de la emoción del gesto y de la emoción del ‘decir’. Recientemente puse la radio y escuché varias frases sueltas: “lo ha fusilado con su disparo”, “le ha entregado un pase de la muerte”, entre otras. Creí que podía ser una radionovela o un documental radiofónico acerca de la guerra civil española o la segunda guerra mundial. No, se trataba de un partido de fútbol en el que el locutor quería expresar con “lo ha fusilado con su disparo” que el cancerbero había recibido un ‘golazo’. En el segundo caso venía a decir que el pase de pelota entre dos delanteros no podía tener otro final que un gol. ¿Entonces? Considero que esa emoción del lenguaje deportivo no puede conducir a otra cosa que a la violencia verbal porque, ¿cuántas veces no habremos oído en un partido de fútbol la expresión “mátalo” refiriéndose a que un defensa corte el avance de un delantero? El lenguaje deportivo se está sirviendo de terminología o semántica violenta para desgranar los compases de un partido y eso, que no necesariamente es pervertir el lenguaje, sí confunde a quienes no analizan el contexto del hablante. Se están realizando estudios sesudos sobre el lenguaje deportivo, que se pervierte, en ese caso sí, al castellanizar ‘orsay’ (off side) y no emplear “fuera de juego”, por ejemplo. En Hispanoamérica, por otro lado, se denomina a la prenda íntima ‘tanga’ con el determinante femenino, “la tanga”, imagino que por asociación de género entre la mayoría de quienes lo usan (mujeres) y el género de la propia palabra, femenino. En la Península decimos “el tanga”, masculinizándolo para proveerlo del genérico (también lo usan hombres) a través del determinante. ¿Con cual nos quedamos?

15 de mayo de 2009

Tener medida


Tener medida es algo necesario para todos los aspectos de la vida. Es necesario saber tener mesura para amar, por ejemplo, lo mismo que para odiar o para reír. Hay que saber ser consustancial a lo que es necesario y ponderado y a lo que no. Hay que saber medir las cosas: las palabras, las emociones, los rencores, el tiempo invertido en un propósito. Lo malo o lo bueno es que somos pasionales y tendemos a romper toda medida, a amar desbocadamente, a polemizar con ironía y tensión, a desear confundiendo la realidad con el deseo. Todo, absolutamente todo, lo hacemos sin medida y quizás por ello obtengamos unos días la gloria y otros el infierno.

14 de mayo de 2009

Secuestro y rescate

Amaneció como nunca antes en las últimas semanas. Salió de casa ese amanecer, con el sueño pegado detrás de sí, pero con la infinita esperanza de que todo le saliera bien; recordó algo y volvió sobre sus pasos y entonces cogió los mil dólares que había encima de la mesa de la entrada; todos inmaculados, no consecutivos. Pagaría el último plazo y se quedaría en paz consigo mismo: no se pueden tener cuentas con la mafia; esa gente siempre llama dos veces. Salió del garaje con total impunidad, a una velocidad no permitida; la ciudad se allanaba delante del automóvil, abriéndose un abanico de posibilidades por donde únicamente circulaban los taxis con los últimos borrachos de la noche. De repente, a la altura de la plaza de Cibeles, por la dirección contraria al Ayuntamiento, frenó en seco, produciendo el consabido pitido del conductor de atrás, quien casi se estrella contra él y por tanto se vio autorizado para sacar a relucir a su madre y a otros antepasados ya fallecidos. No concebía tener que pagar el último plazo del rescate de una mujer a la que conocía apenas hacía un mes; a quien conoció una noche y por la que ya había pagado 39.000 dólares más en varios plazos: todos seguidos, cada uno en una parte inmisericorde de la ciudad de Madrid; todos después de una sucesión de pruebas que bien podían ser fraudulentas; nadie podía asegurarle que no fuera una vulgar zorra que llevaba su parte en el botín; nadie podía atestiguarle que ella, como profesaba, le quería tanto. Él sí, él sólo la deseaba, porque la chica entre otras cosas sabía moverse bien en el ambiente de la noche. De todas formas el detective que le visitó le aconsejó que dejase todo en manos de quien sí sabía solventar los asuntos de la mafia búlgara, la mafia de la noche madrileña. El patético detective, un tipo casposo y miope; seguro que nunca había resuelto un asunto tal ni había visto una mujer como la suya. Paró en la calle Ferraz y aparcó discretamente, dirigiéndose después al Templo de Debod. Junto a la papelera de la entrada depositó los mil dólares y al ver cómo el mismo tipo de siempre los recogía se dirigió al punto convenido: la plaza de España. La rubia estaba allí, vestida con un generoso escote y medias de rejilla. Como la última noche que la vio. Efectivamente, no tenía cara de sufrimiento, por lo que era convenido actuar: sacó el arma y le disparó dos veces en la cabeza. A continuación, impasible, mientras un grupo de extraños se acercaba al cuerpo inerte de la mujer, él se fue con dirección Gran Vía, al metro. Volverían a verle los búlgaros...

9 de mayo de 2009

Tener un mal día

Hoy no es un buen día; todos tenemos derecho a tener un mal día, o lo que es lo mismo, a estar de mal humor. ¿Razones? Objetivas, obvias no hay, pero uno debe asumir que las cosas no siempre salen como se prevén sino como vienen y es que nos tienen acostumbrados a que el triunfo debe ser la tónica general, pero resulta que el fracaso es consustancial al hombre y del fracaso debemos aprender. ¡Qué le vamos a hacer! Es primavera y al menos la vista gana muchos puntos.

7 de mayo de 2009

Caer en el mismo error; o tropezar dos veces...

Caer en el mismo error o tropezar más de una vez en la misma piedra es algo frecuente en mi y, me barrunto, en mucha otra gente; creo que es consustancial al hombre. Si alguien te golpea una vez, es su problema; si ese alguien te golpea más de una vez, entonces el problema es tuyo. La solución a todo esto es sencilla, pero por norma común y general, no la practicamos. Todo ser humano se siente atraído, por diversas razones, por otros seres humanos; incluso se pueden establecer relaciones de dependencia que, a la larga, nunca aportan nada positivo. Yo, en muchas ocasiones, me he sentido atraído por gente que, consideré (o considero, no sé bien), me parecía que me aportaban muchas cosas por su intelectualidad o su forma de expresar ideas y razonamientos clarividentes o abstractos. Y en muchas ocasiones, igualmente, me equivoqué. Me equivoqué como el común porque dar más de una oportunidad a según y qué personas es establecer una relación de dependencia insana, como decía anteriormente; o lo que es lo mismo, tropezar varias veces con la misma piedra o permitir que te golpeen más de dos veces. No creo que nadie sea bueno por naturaleza ni malo genéricamente tampoco, sino que todo ser humano está en un punto intermedio que se descubre profundizando; y en profundizar se puede tardar un rato largo. El caso es que a mi algunas personas se me dirigen con ciertos argumentos peregrinos que aún no sé cómo consiento, o quizás sí: es mejor estar callado y mantenerse en paz que hablar o decir con la finalidad de herir. Quien cree en los horóscopos dice que cuando los Sagitario sacamos a pasear la ironía, el sarcasmo y otras intenciones del lenguaje podemos llegar a ser muy crueles. Intento evitarlo, porque en el fondo, para dos días que vivimos mejor estar tranquilos que bajo las aguas sulfurosas de la mala leche. Pero sí, si me vuelven a golpear debo empezar a entender que el problema lo tengo yo.