8 de agosto de 2011

"Una copa a las dos de la mañana"



(Si alguna vez me pierdo y decides buscarme, te dije una vez, hazlo en Estados Unidos. No te compliques mucho: entre la nieve de New Hampshire, caminando por Boston o buscando a Paul Auster en Nueva York). Mi primera semana en Nueva York y en el apartamento, además de mi insomnio y una multitud de cajas aún por colocar, hace un calor espantoso. En la televisión programas nocturnos, tele tiendas y películas en blanco y negro, es decir, nada del otro mundo. A veces es en la noche cuando me vienen a la cabeza los mejores y los peores deseos y, por supuesto, las mejores ideas para plasmarlas en la hoja en blanco. Hablaré con Verizon para que me pongan un ADSL decente y poder conectarme a Internet. Igual te encuentro y todo. Fue hace unas semanas, en la estación del AVE, que pensé hacer la maleta. Aún no he decidido cómo decírtelo, quizás no me atreva, recuerdo todas las veces que he perdido la oportunidad de declararme a una chica, por ejemplo, o simplemente de querer invitarla a una copa y al final... ensayo frente al espejo y en el momento clave me quedo mudo; y no es el caso para lo demás, o para cuando tengo que dar una clase: entonces fluyen las palabras. En el AVE lo vi claro: donde mis pies me lleven me sentiré de otra manera. También puede ser que si tus ojos se quedan quietos no me atreva y mis pies se queden quietos. Esta noche el bar está vacío. Ya sabes: uno de esos bares yanquis con la barra enorme, una tele del tres al cuarto encima del mostrador y la camarera de veintitrés años sonriendo. Muy mona, pero no le he prestado atención: tengo que desapolillar mi inglés para poder dar las clases en la Universidad y quizás le diga algo fuera de lo normal. No estoy contento pero tenía que hacerlo: te juro que tenía que venirme a los USA. Yo no soy un español típico, yo me quito de enmedio y ya está; salvo que apeles a mi amor propio... entonces Carlos V era una nenaza y aprieto los diente y me digo una y otra vez "con dos cojones, que eres tú y no cualquiera". La Literatura no está llena de héroes: somos todos antihéroes, como lo fue Don Quijote. Sherlock Holmes nunca atrapó una mujer y Bernie Gunter es un auténtico desastre. La sociedad está llena de gente antiheróica y pocos son los que realmente pasan a la Historia. Churchil prometió "sangre, sudor y lágrimas", nada menos. Yo ya lo dije en el Instituto: saldré un día en la enciclopedia. Sólo me río, porque aún me queda. Pero como soy español... si digo que sí es que sí. Lo verás. Algún crítico sacará tu nombre y dirá... "era su musa". Si yo digo sí, es que sí. Lo primero que haré aquí en Nueva York, mañana, será comprarme una perrita como la de la foto y le pondré tu nombre. Y si te portas bien, saco un billete y te paso a buscar.

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