18 de diciembre de 2011

Adiós, Václav, goodbye



Hay personas como Václav Havel que marcan una época, que definen un momento; que por sí mismas son un emblema… (Carta 77, Revolución de Terciopelo, 1989, Plaza de Wenceslao…) Un autor teatral magnífico, un checo de pura cepa enamorado de su país y de su gente; un anticomunista impenitente. Eso mismo es lo que me llamó siempre la atención de él: un dramaturgo excepcional, un tipo con la misma alergia ideológica que también tengo yo (a los totalitarismos, al pensamiento único, al comunismo), un caballero con saber estar, incluso en esos años de cárcel que tan intensamente plasmó en sus Cartas a Olga. Ahora se ha ido, dejando una República Checa democrática, una ciudad de Praga abierta, una obra literaria digna de leer, un gran recuerdo. Adiós y que la historia te recuerde con una sonrisa.

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