6 de julio de 2012

"El celular... "


Cuando yo era joven 'el celular' era el coche de la policía, ahora, aunque más en América, es el teléfono móvil y es un objeto del que realmente dependen nuestras vidas. Cuando lo cambié, Sonia me dijo "si lo pierdes o te lo roban es como si te cortaran un brazo", que es algo así como la versión fina y educada -además de correctísima, cómo no iba a serlo Sonia- de lo que declaró Megan Fox hace unos días: "a la gente le importa menos si pierde su virginidad que si  pierde el celular", y se quedó tan ancha. Pues sí, me digo yo mismo, va a ser.

A veces lo oigo, pero no suena. Tampoco es que ha llegado un sms. Paro la lectura o dejo lo que estoy haciendo -¿qué hace un escritor en verano?- y me acerco: no es nada, una vana ilusión. Ella no escribirá (¿existe ya ella? ¿Es quien era?): no te hagas ilusiones, no le importa una mierda hablar contigo. Son alucinaciones fruto del móvil, de la dependencia: sms, internet, facebook, whatsaap, todo al unísono y te mantiene en contacto con los demás y con el mundo; por eso si lo pierdes... La dependencia esa tiene un nombre, que no recuerdo... pero te acerca al mundo de la alucinación. 

No, no, no. No suena, no es. Es indiferente aunque lo usa constantemente: tú eres un mero juguete en sus manos, como el móvil; te dirá cualquier cosa para justificarse, pero no llega. Lo sueñas, crees que suena, que te llega un sms, que se te acercan por las ondas. Es así en 2012.

Pero... ¿existe ya ella? 

(A veces, añado, el sms que llega, que no es de ella sino de otra, es mucho más ilusionante, por inesperado: esa ventaja tiene el siglo XX)

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