Salía de casa, camino de una cita literaria, quizás, y allí, en el portal, una china morena, sonriente, hermosa ciertamente, en posición de firmes (y prometo que no era militar), me saludó con tímida solvencia. Como yo salía apresurado y ya las prisas se me revelaron más tenues (la curiosidad, porque uno no se encuentra una doncella en el portal de su casa a no ser que sea una novela o una escena de cine, de época, of course) me preguntó que como los invitados a cenar venían desde Francia, allí estaba ella, para recibirlos en francés. Entra el primero, saluda y me suena de la tele... me despido de la chica, que ha prometido leer alguno de mis escritos y ya en la calle, me paro, dejo caminar el taxi que me correspondía (con el subsiguiente enfado de la señora que lo hubiera usurpado) y me digo "si ese tío sabe francés o viene de Francia, yo desciendo del Cid". Y sigo mi camino.
1 comentario:
A esto sólo tengo una cosa que decir (o más bien una canción que aportar): http://www.youtube.com/watch?v=evE3h6vvR64
T'amuser la!(?)
M.
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