2 de julio de 2013

"Vergüenza para una hija"


Una madre y su hija adolescente; muy monas las dos, muy tímida la segunda; se cruzan conmigo un instante antes de que todos entremos en el despacho del abogado. No las conozco de antes, no las he visto nunca, simplemente nos saludamos con esa educación que hace el tener que pisarte el pie y la obligación de pelar la pava que conlleva, lo típico: "qué calor hace en Madrid en julio" (aún no recuerdo un julio bajo cero en Madrid), "qué bien que leas muchacho porque esta hija mía no lee nada" (no me extraña, llevas el ¡Hola! debajo del brazo, ¿qué ejemplo quieres darle?), "esto del whatsaap es lo más... mi amiga Puri y yo estamos picadísimas como crías" (aquí la hija ya no sabe dónde meterse y yo empiezo a desesperar porque la secretaria aún no me invita a pasar al despacho), "a ver si puedo imitar el sonidito del pajarillo del tono" (la madre ya desabarra)... y siento alivio cuando la adolescente, que ya es mi heroína, dice: "¡ay, mamá, cállate ya por favor!".

1 comentario:

M. dijo...

Jajajaja bueno, da gracias porque le dio por imitar el pajarrilo y no el gallo.

Yo llevo ése.


M.