26 de junio de 2014

"En la lejanía de tus pasos"


La lluvia resbala en mi rostro mientras te veo desaparecer en la lejanía, sobre tus pasos; esta vez, además, no hay despedida. Hay días que sentimos en soledad: como en esas fotografías en que las chicas corren bajo la lluvia; como los pasos que define un escritor, mientras tú te marchas; como la mitad de las historias, que se quedan en nada; como casi todos los silencios de la gente, que dicen sin gritar; como las promesas que siempre hemos cumplido... Lo peor de ser escritor y ponerte aquí y ahora es no ver tu rostro mientras escribo, por mucho que te imagine y te dibuje y te ponga epítetos si se trata de un poema... En mi maleta voy poniendo algunos recuerdos tuyos, junto con mis notas: quizás cuando, cada mañana, desayune en un Starbucks y mire hacia la calle, te vea caminar, a ti en otras o simplemente a ti en ti... seguiré tus pasos en la literatura. Pero se nos presenta un grave contratiempo, porque hace tiempo que decidí no despedirme jamás de cierta gente, así que no dejes de mirar a tu alrededor porque quizás me veas sentado al fondo, sonriéndote, con un whisky en la mano; al fin y al cabo, la culpa es tuya por haberte puesto en mi camino.

2 comentarios:

Bitxito dijo...

Normal. Las personas que conocemos son parte de nosotros, el adiós nunca es definitivo. Siempre estará en ti.



M.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

El adiós es definitivo para poder vivir, a veces; otras uno no debe alejarse de ciertas otras personas...