12 de mayo de 2015

Retornos inesperados

A veces se producen los retornos de personas que se fueron. Dicen por ahí que la vida da muchas vueltas y en uno de esos giros gente que estuvo cerca de ti desaparece: dejó de llamar, cortó unión, rompió hilos; se agobió, se aisló, dejó de comunicarse... todas esas cosas que se dicen y que nos pasan a todos, sea del amor o de la guerra. Primero está el flash de conocer a alguien, la cotidianidad del roce: ahí estás tú con una palabra de aliento, de ánimo, con la lealtad de la amistad, la entrega sin pedir nada que no sea correlación de fuerzas, los minutos que sacas para llevar la cercanía del ser humano a otro; esos momentos en que la otra persona nunca te pregunta a ti, algo así como que su yo está por encima de la suma de los demás yos del mundo -y de la parte de Marte explorada-. De repente, la guerra fría del silencio, de la distancia, del pensar qué hago yo haciendo aquí el gilipollas haciéndome de menos: pero aún antepones los sentimientos a cualquier motivo social, se llame examen, estrés, novio o novia, lo que sea; hasta que decides cortar hilos, esa tarea que nos resulta tan compleja a todos y tardamos tanto tiempo en realizar y no siempre de una manera definitiva, o psicológicamente aceptable. Pasa el tiempo y como dicen por ahí que la vida da muchas vueltas, un buen día suena el teléfono vía whatsapp -por ejemplo- o entra un nuevo mail en tu buzón del correo: se trata de la primera señal de humo de esa persona que se largó a través del silencio y que ahora ya ve en ti lo que jamás dejaste de ser... solo que la poesía ha enseñado que cuando eso se produzca ya no estaremos... y que hasta el teléfono estará apagado o fuera de cobertura en ese justo momento.

3 comentarios:

Mercedes Campos dijo...

¡Qué cierto! Aunque a veces sí estamos, el teléfono sí está encendido, el whatsapp con sonido... y entra la llamada y no sabes si coger o no; entra el mensaje, lo lees y no sabes qué contestar, porque piensas que si ha desaparecido una vez, tal vez sea de esas personas que desaparece mil veces y retorna, como si jamás se hubiese ido. Y aunque ellos o ellas actúen como si nada, tú ya pasaste por aquello que no quieres volver a pasar. ¿Qué haces? ¿Contestas o no?

A. S. Pérez dijo...

Hola Francisco José:
Es normal que eso pase por muchos y diversos motivos. En mi caso casi me cansé del mundo de los blogs. Ya ves, pasé de la constancia a dejar todo el imperio que monté como Yenodeblogs, pero quien sabe si un día me canse de nuevo y vuelva.
Saludos.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Muchas gracias a ambos por leerme. Mercedes, yo tampoco sé si contestar o no. A. S., mientras que vayas y vuelvas y dejes huella, siempre bien. Gracias.