Yolanda Castaño (1977) es una poeta que se dio a conocer a mediados de los años noventa, siendo bastante joven, y que desde entonces ha tenido bastante éxito con sus textos. Por supuesto, algunos de ellos tienen más fuerza expresiva, mayor calado poético que otros, pero su permanente presencia editorial y en diversos recitales del mundo nos la presentan como una de las poetas de este principio del siglo XXI imprescindibles en todo estudio o análisis de la Literatura actual. El esfuerzo lingüístico que representa su texto en gallego y la posterior traducción propia al castellano enriquecen aún más su personal estética. Buscando unos apuntes sobre ella -para añadir a lo mucho que tengo anotado- he descubierto que hace unos largos meses se vio envuelta en una serie de veladas e injustificadas críticas procedentes de concretos sectores intelectuales de Galicia. Ella se vio, injustamente, representada en una caricatura de mal gusto y fue objeto de unos comentarios desafortunados desde diversas webs y blogs gallegos. Yo creía que en el ejercicio de la poesía las críticas le iban a venir necesariamente sobre su trabajo intelectual; no, como siempre en España (y que me perdonen los galleguistas a los que me refiero) se tiene que mezclar lo literario, lo intelectual, lo político e incluso lo más estrictamente personal. Fueron injustos con ella y yo, que personalmente no la conozco, pero que sí la he leído bien (considero) y la he estudiado (con el riesgo que corre el crítico al analizar la obra de un escritor vivo) vengo a solidarizarme con ella. También yo he tenido alguna vez que aguantar los comentarios críticos de profesionales de la Literatura cuestionando lo acertado o no de mi inclusión de Yolanda Castaño en algún artículo o cuando en alguna tertulia la he defendido como la mejor poeta erótica, por ejemplo, de España. En Galicia son más duros con ella. Ayer leí un Blog de una chica gallega que confiesa que pone la televisión para ver a Yolanda y confirmar su ‘odio’ (¡ojo!, escribía eso) por ella. ¿No lo dice todo de la persona que escribe? Cuando yo entré en política me impuse el más estricto respeto a quien no piensa como yo, pero sobre todo el más exquisito respeto por lo personal. Muchos más no lo hacen. Por ello no entiendo la campaña que se emprendió contra Yolanda cuando aceptó la dirección de una Galería de La Coruña. Sé el trasfondo de todo ello, pero no viene aquí al caso. Si lo que yo leí ayer hubiera sido estrictamente literario hoy no me abría lanzado a escribir este post, pero como los ataques iban a lo personal y a lo político he tenido la necesidad de posicionarme en defensa de una de las poetas que tengo bien leída. Incluso yo redacté su entrada en la Wikipedia (como la de Lauren Mendinueta, la de Andrea Cabel, etc.) en castellano antes de que los administradores me censuraran. Vuelvo a ser el verso suelto, el abogado de las causas que no me conciernen de siempre, así que espero que Yolanda al menos se sienta valorada por este crítico tan atípico y tan alejado de los postulados de los galleguistas que tanto se han pasado con ella.
1 comentario:
Pero qué manía tenemos en España de encasillar a la gente por sus ideas políticas o su vida personal y no por su valía profesional. Una pena...
Publicar un comentario