Es imprescindible saber elegir con quién desayunar; con quien beber y con quién tomar una copa... ya lo he venido escribiendo todos estos últimos días... pero también es necesario saber a quien ignorar... sí, saber a quién ignorar o de quien pasar. La gente tiene por costumbre aceptar o rechazar amistades con la misma facilidad con la que se entra o se sale de Facebook o de Tuenti. Pero la amistad, como el amor, es cosa de dos, y hay que saber luchar y apechugar con ello. Dice Gracia Iglesias que la amistad es algo difícil y que cuanto más das luego más dura es la caída; y tiene toda la razón. Siempre he considerado a la amistad como un sentimiento, una hilazón al otro más fuerte que el propio amor, pero también la caída es dura. Tanta gente que pasa por tu vida y en un momento determinado se va sin decir adiós, cerrando la puerta atrás sin justificación alguna. Por ello, cuando suena el móvil o cuando se produce una comunicación extemporánea con alguien hay que saber a quien ignorar. Por ejemplo, Ana Such y Analía Polanco son dos amigas de El Corte a las que me gusta saludar todos los días; me apetece hablar con ellas e incluso bromear... otra veces, hay personas a las que me apetece ignorar. No quiero llegar a la necesidad de tener que exclamar ‘¡Gilipollas!’ después de una llamada, pero me apetece ignorar a una determinada persona... quizá sea porque se lo merece; quizá sea porque soy injusto, no lo sé, pero hay que saber teñir un tupido velo de silencio entre otra personas y tú. No todo el mundo te aporta algo positivo en la vida y no por rechazarlo eres injusto; incluso haces una obra de caridad cristiana si lo ignoras, además de mantener tu mente sana. Hay que escoger con quién te vas a tomar una copa, con quién desayunas y a quién le regalas las chocolatinas que ponen con el café de la mañana (eso va por ti, Ana, que ya te las doy de dos en dos...) y, por ello, por salud mental, es necesario tener claro a quién ignorar y por qué ignorar... es cuestión de decisión y yo estoy decidido desde hoy a aportar algo a los demás y a que los demás me aporten a mi.
4 comentarios:
Esto es importantísimo. Yo no sé y a veces lo pago.
Un saludo
Estoy muy de acuerdo contigo, la verdad. Pero a veces te das cuenta tarde y pasa lo que pasa. Por otro lado, la vida tiene esas cosas, pasa gente por tú vida en cierto momento, que tarde o temprano dejan de pasar. También sucede al revés, tú dejas de pasar por la vida de otra gente...Creo que es parte de esto que llaman vivir.
Se me olvidaba, un beso!
Gracias, Pilar, actualiza más frecuentemente tu magnífico Blog que me paso todos los días y me dan ganas de tomar un café... Jeje.
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