20 de agosto de 2011

"Una sencilla respuesta"




A ti.


La gente (y los periodistas, escritores, médicos... mucho más), tiene épocas en las que necesitan respuestas: el mundo se queda angosto, la gente estorba, las ideas fluyen (pero no se materializan) y los afectos se apagan y encienden como las luces de una feria. Hay quien toma pastillas, hay quien fuma porros, hay quien emprende un viaje, hay quien cae en una escalada de autodestrucción (pienso en una actriz, en una modelo, en un actor, en un político...) y hay quien escribe. Días se cuentan en que una copa de whisky ayuda a que fluyan los criterios de una historia. Y a dar una sencilla respuesta.


El otro día, dos copas de más me hicieron pensar en ti, recuperar el dolor, sufrir un poco más. Yo qué sé, pero tu veneno es dulce.


Se hunden. Todas las personas, cuando les viene algo extraño, se hunden. A finales del siglo XX, en la Facultad, nos decían que las enfermedades del siglo XXI eran las mentales, depresiones y ansiedades y esas cosas. Entonces yo; bueno, yo, ¿para qué iba a creerlo? Me apasionó hacer lo que hice, compartir el tiempo con quien lo comparti, aprender de quien aprendí, amar a quien amé. Esas cosas en las que, cuando eres joven, o no piensas o eres infinitamente eterno.


Ahora la respuesta la tienes tú, a quien dedico esta entrada en un post de un blog que siguen algunas personas. La respuesta es solo tuya, así que es a ti a quien compete darla. Y yo la espero.

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