22 de septiembre de 2011

"Estar a todo"




No siempre que suena el teléfono atiendo la llamada, por mucho que se diga que podemos estar a todo, por mucho que nos hayan entrenado para atender varios asuntos a la vez; ya lo dice el refrán español: "el que mucho abarca, poco aprieta". Así que el otro día, cuando estaba en el despacho y únicamente me acompañaba Mary, la secretaria, decidí rechazar la llamada de Charlize Theron. En fin, es obligado aclarar que me llamaba por temas profesionales, nada más, porque alguien como yo apenas puede permitirse unas pintas en Murphy's y algún que otro café del Sturbucks. Y Charlize debe tener unos gustos algo subiditos; de precio, claro.


El mundo está lleno de trapos sucios que detectives y abogados hemos de sacar a la luz o de tapar; ya se sabe, fraudes al seguro, a Hacienda; cuernos y dobles vidas; etcétera. Un aburrimiento, por eso me recluyo en mitad de la nada, o en mi cabaña del White River, entre Vermont y New Hampshire, o en La Mancha, aunque en este último lugar uno no pasa desapercibido tan fácilmente.


Llené el depósito del Ford viejo y me decidí a pasar el fin de semana en la casita del río, acondicionada como en los años ochenta, con vídeo VHS incluido. Por este tiempo empieza el frío y se está mejor junto a la chimenea. Al pasar por Hanover, para salir por Whest Wheelock hacia Vermont, me paré en el super que hay junto a la gasolinera, el que lleva el tipo ese tan serio. Iba a compra el USA Today cuando la vi. "Joder, no puede ser", dije poco discretamente.


Charlize Theron iba en mi busca. Será lo que sea, pero no deja de ser una clienta del gabinete, así que no es ético que nos mezclemos fuera del contrato. "¿No dijiste que me ibas a hacer la comida de mañana?", dijo un poco borde. "¿Yo?", respondí sorprendido. "Sí, tú, que me dijiste que hacías la paella que te cagas", añadió con esa saber estar que tienen las estrellas fuera de cámara.


Eso me pasa por haber sido cocinero antes que detective. O por bocazas.

No hay comentarios: