13 de enero de 2012

"Maldad"



Decía Nicolás de Maquiavelo que “cuando infrinjas una herida, asegúrate de que sea tan profunda que jamás se pueda convertir en venganza”. Siempre he tomado esta máxima en serio, a pesar de que jamás he infringido dolor alguno que no pudiera ser una venganza contra mi ego. Así son las cosas y así transcurren. La gente tiene una maldad innata que tiende a expresar de las formas más insospechadas; la gente es feliz haciendo daño, de la manera que sea, en el momento más insospechado, sin control. Lo fácil y lo más sencillo es hacer lo cotidiano sencillamente: la gente, por el contrario, complica inadecuadamente las cosas.

Aquel día en aquel café de aquel lugar oí decir hacia el fondo: “el día que me toque a mí va a temblar Occidente”. Y Oriente, añado yo.

No hay comentarios: