9 de enero de 2012

La poesía de... Luna Miguel (II)



La antología de poesía actual (¿neonovísimos?) que amadrina Luna Miguel, esa muchacha hiperactiva en Facebook, que reside al Norte y que publica en La Bella Varsovia, viene a ser una personalísima aportación al mundo actual de las letras; singularmente ese género no tan minoritario, pero sí tan poco leído, a veces, que es la poesía (antes, cuando uno opositaba, se decía lírica, pero como nació el poema en prosa…).

Igual que cuando yo intenté hablar de las jóvenes promesas (así, en femenino) de hace diez años o más, de la mano de aquel marbete que denominamos Generación del 2000, se me echaron encima algunos críticos (de los cuales, ciertamente, jamás he vuelto a oír ni a leer), y que no ha servido para nada, sencillamente porque cada poeta es de su padre y de su madre y las dos o tres concomitancias que tienen tampoco dan para parir como generación los nuevos novísimos poetas en lengua castellana del siglo XXI.

El hecho de que estén locos es materia literaria y la selección, pluralísima, es muy interesante, pero a la que hay que dar cierto recorrido: son muy jóvenes, muy locos, muy intensos, muy poetas pero con poca materia aún (y espero que no sea la única materia sino que haya carreras detrás). Echo de menos algún nombre, incluso algún poema de la propia Luna Miguel (¿no se introdujo a sí mismo el gran Gerardo Diego en la Antología de 1932?), pero también me detengo en algún nombre que hace algún tiempo (aunque no mucho) ya me llamó la atención: Laura Rosal.

A mí, repito e insisto, me dieron algunos palos y eso me hizo más fuerte en la mirada tenue, tierna e intensa hacia la nueva poesía. De aquello saqué algunas grandes amigas (Ana Merino, Gracia Iglesias, Marta López Vilar, Ana Gorría…), algunos buenos nombres (Vanesa Pérez-Sahuquillo, Carmen Jodra) y la visión de futuro con esas grandes poetas de hoy. Que Luna Miguel sea una niña mona que da muy bien a la cámara y que se arriesga a publicar lo que esos grandes dinosaurios de la crítica aún no han visto, sencillamente me parece genial (¿No he dicho siempre que Yolanda Castaño -una de aquellas- me resulta monísima y muy buena poeta?).

Ahora bien, tiene razón el gran escritor Andrés Neuman: “Lo afirmo ahora, antes de que esa vocación cristalice en un libro importante, porque es precisamente ahora cuando vale la pena afirmarlo”. Cuanto más joven sea y más imagen dé más atención tendrá ella y sus antologados. La mía, porque la escogí al azar en una librería de Madrid hacia noviembre de 2011 y ahí la guardo, para cuando haya que hablar de ella en las oposiciones a Instituto.

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