6 de mayo de 2012

"Las cosas buenas y las malas pasan dos veces"


“Nunca pasa en América”, decía, refiriéndose tanto al Norte como al Sur. Por aquel entonces yo era simplemente un adolescente en busca de algo que me motivase acercarme al Instituto más que las matemáticas o la Historia. Massachussetts años noventa o así, no quiero recordar; aquella época que parece la prehistoria porque no existían Internet ni los móviles. Nada. Que no pasara en América era suficiente para que uno aprobase las reglas de la vida: días de gloria; horas de miseria, después, claro. La pandilla se deshizo, el tiempo de aquella High School pasó para siempre y en nuestro recuerdo los días de lluvia. Ella, ella también se fue: nunca quiso saber de mí, tampoco yo me atreví a nada. Hace unos días, en Boston, el contestador me traía dos mensajes. Sencillo, una empresa de pianos… “Señor, tenemos listo su piano, mañana lo entregaremos en su domicilio a la hora que usted nos aconseje”. Esa delicia de solvencia yanqui. Segundo mensaje. “¿Hola?..., bueno, ehm… soy Allison, ¿me recuerdas?, y me preguntaba si podíamos vernos, estoy de paso de nuevo en la ciudad y pensé que sería bueno… me alojo en el Hotel Boston”. ¿Allison? Sí, hombre… ahora… ¿Cuántos años después? Una vida, una eternidad. No, no, de responder a la llamada nada. ¿Y qué le digo? ¿Le pido que me devuelva todos los años que pudieron ser y no fueron? Es una locura y el tiempo ha hablado. Imposible. Aunque, en fin, mirarla de nuevo y que me diga lo tópico (que se casó, que tuvo un hijo, que se divorció, que el ex era un capullo, etc., etc., etc.). Hay cosas que son una locura desde el principio. Me sirvo una copa de vino, pongo un cedé de aquella época… mira, por lo menos me ha traído recuerdos de entonces, de toda aquella gente que ya no habita el mismo espacio que yo. ¿Así que en América no pasa? El teléfono suena de nuevo y dejo que salte el contestador: “Hola, soy Allison de nuevo, bueno, verás, sólo era para comprobar que habías oído mi mensaje… volveré a llamar”. Las cosas buenas y las malas pasan dos veces.

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