29 de junio de 2012

Dos caras de una moneda



Para Sandra Sánchez y para Belén

Esta mañana, frente al café de Starbucks y mientras recordaba la frase de Sandra ("si gana España el domingo estoy en Madrid", rotunda y clara), contemplaba por la ventana la mezcla que ha producido la tan cacareada crisis: por un lado mayor pobreza en la calle, evidente en los rostros, los mendigos que piden y la falta de alegría; por otro, las mismas chicas monas, tirando a pijas, que pueblan el barrio y que a mí, como a Belén, no me disgustan. De hecho el otro día me produjo una evidente alegría ver a muchas de ellas con la camiseta de la selección nacional, fuesen al bar que fuesen. Hace un tiempo esa diferencia de que hablo no era tan evidente y tampoco me producía el sonrojo que me produce ahora; ver, como decía esta mañana en la Universidad Autónoma en la que pasé casi diez años de mi vida, cómo algunos viven demasiado bien por la crisis mientras la inmensa mayoría lo pasa mal. Esto no es que las niñas pijas tengan la culpa, no, sino que la evidente separación, el rasgo tan acentuado me produce una inquietud que antes nunca había sentido. Incluso tengo que reconocer que alguna de esas niñas pijas ahora ya no lo son por la crisis. Algún día escribiré un cuento sobre ello, pero no es hoy bajo este incesante calor... 

1 comentario:

M. dijo...

Sí que hace calor, sí -.-"

M.