23 de junio de 2012

El poema perfecto


La poesía aún existe y es la voz de nuestra época, aunque en los periódicos se hable de insensateces que enervan al público. Uno piensa de vez en cuando si existe el poema perfecto y se atiene a la consecuencia de que hay que buscarlo en miles de páginas escritas y, sobre todo, en millones de composiciones poéticas aún por escribir. Estoy de acuerdo con José Carlos Mainer en que encontrar la respuesta y aportar nombres es como entrar en una habitación oscura de casa ajena e intentar buscar el interruptor de la luz: lo importante es moverse bien para encontrarlo, puesto que nadie es tan perfecto que descononciéndolo atine a la primera. Admiro, lo confieso, el empuje enigmático de Luna Miguel y sus miles de obras leídas cuando uno, por estas fechas, baja la intensidad lectora y se autoexige: que ella devore es hermoso. También alguna vez me han puesto verde por hablar casi de continuo de varios nombres fijos en mis trabajos: Ana Merino, Gracia Iglesias, Lauren Mendinueta y Yolanda Castaño (a cuyos poemas sumo los apuntes tomados de Ana Gorría, Marta López Vilar, Carmen Jodra, Vanesa Pérez-Sauquillo o Pablo Luque). Los que no piensan como uno siempre sacan la artillería para proponer otros nombres que son, en mi opinión, suma de cultura y de letras, no la resta. Nadie vale menos que nadie si está aún por construir. Insisto en que el poema perfecto está en las páginas de los poemarios de alguno de estos nuevos nombres que nacen cada día y que de vez en cuando citamos, porque los críticos canónicos apenas leen ya (nada se parecen a Luna Miguel) y siempre tienen sus clásicos, como yo tengo a Luis Alberto de Cuenca y Luis García Montero. Alguna vez incluso se permiten sonreír delante de ti cuando dices que al que más has leído del '27 es Gerardo Diego y es porque desconocen tan doctos que es el autor más prolífico de los diez (más los epígonos) y el que se trabajó la Antología en 1932 y 1934. Los hay, también, que no soportan que tantos jóvenes se abran hueco editorial, poético y, de vez en cuando, se carguen con algún que otro premio: dicen aquello de que "detrás de mí, nadie"; sin ser conscientes, obvio, que el español es lengua viva y hay mucho joven irreverentemente bien formado y que escribe tan bien como aquellos que peinan canas y son cita obligada de manual y clase. El día que votemos democráticamente el poema perfecto nos saldrá un empate entre lo clásico y lo moderno y siempre sorprenderá alguno que desconocemos con una composición de verdad. Pues ello... 

1 comentario:

M. dijo...

Bueno, yo creo que todo el mundo tenemos un poema perfecto, lo que pasa que no todo el mundo tenemos el mismo.
Igual es que algunos no lo hemos encontrado...
Un beso, y, sacando otra vez el tema de la última entrada, aquí te dejo una canción:
http://www.youtube.com/watch?v=_KSyWS8UgA4
-Y aunque sea toda mi vida yo te esperaré.

M.