8 de diciembre de 2013

"La segunda oportunidad"


Es hoy cuando sientes más temor a que, entre otra persona y tú, queden cosas por deciros; antes, en la frivolidad del tiempo que podías perder como te diese la gana, jamás caíste en ello. La tarde que recuerdas sobre esa despedida terminó al subir al autobús, en un Madrid que palidecía de intensidad; nunca debiste imaginar que sería la última vez que os ibais a ver así, de esa forma, con esa complicidad que sólo puede nacer del momento. Alguien, algo más tarde, te dijo sin que quisieras creerlo: "volverá a aparecer; hay gente que tiene la costumbre de aparecer por la vida de otro dos veces". No prestaste atención alguna, aunque te había enseñado muchas cosas, entre otras Literatura en la Facultad: hay veces que eres tan soberbio que te permites el lujo de ser escéptico. La otra mañana estabas en la estación de AVE de una ciudad de La Mancha; esperabas que llegase un tren, mientras, como los yanquis, bebías un café en un vaso de plástico; fue entonces cuando viste a esa persona caminar por la calle. En ese instante sentiste la nerviosa necesidad de correr hacia ella, de recuperar todo lo que se fue perdiendo desde la tarde de Madrid hasta el cruel invierno de Castilla; por una vez en tu vida paraste para preguntarte algo ("¿A dónde vas?") y la realidad te dejó descolocado. La decisión final fue fácil de tomar: "A mí jamás nadie me ha dado una segunda oportunidad", te respondiste, mientras esa persona se iba alejando, adentrándose en la ciudad que veías cada paso más lejana.

1 comentario:

A. S. Pérez dijo...

A veces no salen las palabras acertadas o ninguna palabra y con el tiempo al recordarlo, sabemos que tuvimos que decir algo...

Soy de los que piensan que cuando no salen las palabras, si se quiere, una simple mirada basta para decirlo todo.

Saludos.