15 de agosto de 2016

Cruzarse

Es inevitable que estas cosas ocurran, porque el azar o la fortuna o la suerte o lo que sea que crea cada uno es así. Estar en un lugar y cruzarse con alguien que no te apetece ver: es ley de vida, la probabilidad que se cumple. Un rostro conocido, unos ojos que has visto antes -mejor o peor, de cerca o de lejos-; conversaciones del pasado, menos o más insulsas; cosas compartidas, o no. En definitiva, cuestiones que le pasan a todo el mundo: vidas que cambian, cuestiones cotidianas que se olvidan, cosas que tienen un nuevo sentido... la vida pasa y cada día supone un cambio nuevo y, del mismo modo que te cruzas con gente que se va, te cruzas con gente que viene. Supongo que es lo normal, la vida, el azar.

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